La innovación que aportan las soluciones fintech a las operaciones de factoring, especialmente en el contexto de financiamiento de la cadena de distribución, integra positivamente la oferta de servicios para apoyar el capital de trabajo de las empresas. Hablando hoy en Milán en la conferencia "Supply Chain Finance: el crédito de la cadena de suministro hacia nuevas perspectivas” organizado por el Observatorio de Finanzas de la Cadena de Suministro de la Escuela de Administración del Politécnico de Milán, Rony Hamaui, miembro del comité ejecutivo como ex presidente de Assifact, la asociación que reúne a los principales operadores de un negocio que en Italia vale alrededor de 13 % del PIB, definió la relación entre factoring y fintech como una relación “ganar-ganar”, ventajosa y exitosa para ambos. “El factoraje –subrayó Hamaui– ofrece un servicio más complejo, rico y personalizado, enfocado a la gestión del crédito comercial. La empresa de factoring, que se presenta como un socio estratégico de la empresa, establece una profunda relación con el cliente. Fintech aumenta la eficiencia del sistema y reduce los costos operativos, maximiza las economías de escala y permite cubrir segmentos de clientes actualmente no atendidos”.
En la cadena de distribución, el denominado "factoring inverso" se consolida cada vez más como un instrumento financiero a través del cual una gran empresa, líder de su cadena de suministro, puede facilitar, gracias a un acuerdo marco con una empresa de factoring, el acceso al crédito de parte de sus proveedores seleccionados que podrán disfrutar de condiciones preferenciales precisamente porque sus créditos, reconocidos por la gran empresa cliente, son menos riesgosos.
En 2017, de una facturación total de factoring de 222 millones de euros, el factoring inverso alcanzó los 16 millones de euros, con un incremento del 13% respecto al año anterior. Según Assifact, que está realizando una investigación conjunta sobre el tema con el Observatorio de Finanzas de la Cadena de Suministro, el crecimiento puede acelerarse aún más gracias a la innovación que aportan las plataformas y soluciones fintech. Siempre y cuando, subrayó Rony Hamaui en su intervención, no se creen disparidades competitivas. Para ello Hamaui esperaba que la futura regulación europea, que cada vez más avanza hacia una especie de estatuto jurídico de las fintech, se base en los principios de proporcionalidad ("reglas proporcionales a la actividad realizada y los riesgos asumidos"), un campo de juego nivelado (" misma actividad, misma regulación”) y neutralidad tecnológica (“fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías sin generar desequilibrios competitivos”).
