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El desplome de las divisas rompe el hechizo de los países emergentes, que volverán a crecer pero menos

El tapering estadounidense provoca una fuerte salida de capitales y el derrumbe de las monedas de los países emergentes que ya experimentaban un deterioro en su crecimiento - El sueño del crecimiento infinito se queda grabado y hasta los Brics tendrán que lidiar con sus contradicciones - Pero, según Prometeia, Emerging pronto volverá a crecer pero no como antes

El desplome de las divisas rompe el hechizo de los países emergentes, que volverán a crecer pero menos

Se acabó el hechizo para los países emergentes. El futuro no es tan sombrío como nos hace temer el desplome de las monedas de muchas de ellas -Argentina y Rusia a la cabeza- y es precisamente la devaluación la que puede estimular la competitividad de los países emergentes más exportadores, pero el crecimiento no. infinito y sobre todo no será más de dos dígitos. La mayoría de los países emergentes pronto volverán a crecer, pero no como antes. El precioso informe adjunto al último Prometeia Forecast Report, presentado recién salido de la prensa ayer mismo en Bolonia por Paolo Onofri y enriquecido con la intervención de uno de los principales expertos de BRICS como Andrea Goldstein de la OCDE, no podría haber sido más oportuno. 

Entonces, ¿qué debemos esperar de los países emergentes después del viernes negro de los mercados financieros? El tapering, explica Prometeia, ha estallado las contradicciones anteriores y ha provocado una salida de capitales de los países emergentes hacia los países más industrializados (73 millones de dólares sólo en el periodo mayo-septiembre de 2013) con una depreciación de los activos entre el 8 y el 10 % y una devaluación del divisas de países emergentes que ya tenían situaciones económicas en fase de deterioro. El fortalecimiento del euro y del dólar acentuó las dificultades de los países emergentes y agravó el tipo de cambio, reavivando el temido indicador de la inflación. Los más afectados por las salidas de capital y la depreciación de la moneda fueron India, Indonesia, Brasil, Tailandia, Turquía y ahora también Argentina, Rusia y Sudáfrica. Algunos de ellos han reaccionado con prontitud e incluso China y Corea han logrado atraer capitales del exterior mientras que los sudamericanos han pagado más.

Sin embargo, la propia devaluación, al impulsar la competitividad y dar nueva vida a las exportaciones, podría -según Prometeia- compensar la caída de la demanda interna, "especialmente si las economías industrializadas retomaran su senda de crecimiento". Y de nuevo: "El final del Quantitative Easing 3 y el aumento de las tasas de interés en EE. UU. podrían tener efectos negativos directos sobre los flujos de capital hacia los países emergentes, pero también serán la consecuencia de una mejora más importante en la economía, podrían disminuir la incertidumbre y presagian crecimiento también en los propios países emergentes, recuperando su atractivo”. 

En esencia, “el ciclo de los Países Emergentes ciertamente no puede decirse que esté separado del de los Países Industrializados” aunque nada vuelva a ser como antes. E incluso si los más grandes entre los Emergentes tendrán que lidiar primero con ellos mismos, como recordó Goldstein. Lo que significa, para limitarnos a los llamados BRIC, que Brasil tendrá que lidiar con el riesgo de inflación, Rusia con el clima de negocios (corrupción, interferencia política, etc.), India con baja productividad y China con la banca en la sombra. .

Pero hay otro punto muy interesante que surge de los nuevos escenarios Emergentes presentados por Prometeia y Goldstein. Si China se desacelera y si Rusia, Brasil e India tendrán que afrontar el deterioro de sus respectivas perspectivas de crecimiento, habrá que buscar en otros lugares las locomotoras de la economía y habrá que encontrar los nuevos polos de crecimiento en los países del Pacífico. Alianza (Chile, Perú, Colombia y México) y en el Sudeste Asiático Menor (de Indonesia a Tailandia, de Corea del Sur a Singapur).

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