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Los destinos paralelos de Mediaset y Telecom: para ambos el hub crucial es Telefónica

Los españoles de Telefónica son la encrucijada decisiva para el futuro tanto de Mediaset como de Telecom – Il Biscione debe decidir qué hacer en Digital+: comprar la participación de Telefónica, quedarse en minoría o salir cobrando 350 millones – En Telecom, los españoles están en cambio en en medio de la corriente: ¿la Antimonopolio brasileña los obligará a irse o no?

Los destinos paralelos de Mediaset y Telecom: para ambos el hub crucial es Telefónica

Sus destinos a menudo han seguido caminos paralelos. Pero (casi) nunca se cruzaron en sus caminos. A pesar de que los rumores sobre posibles acuerdos entre Mediaset y Telecom Italia han alimentado las habladurías financieras durante años, hasta el punto de que en 2007 Fininvest se vio obligada por Consob a especificar que no estaba en ninguna negociación para entrar en Olimpia (el holding que controla TI en tiempos de Marco Tronchetti Provera) o en la propia Telecom Italia, tras una desafortunada operación con Hopa de Emilio Gnutti que costó al Biscione varias decenas de millones. Desde entonces, el único expediente tomado oficialmente en consideración por la sede de Mediaset se refiere a las torres de transmisión de la ex incumbente, una de las posibles presas de EI Towers, la compañía de Mediaset sigue siendo el accionista de referencia y que no oculta sus ganas de ir de compras en la peninsula. Y entre las posibles presas, junto a las torres de Wind, Atlantia y Railway (objetivo difícil por motivos políticos) están las torres de Telecom Italia.

Pero el destino, como sabemos, ama jugar trucos extraños. Una vez más, un paso crucial para las estructuras de Telecom Italia coincide con una elección válida para Mediaset. Y el destino de los dos grupos lo une un protagonista común: Telefónica, próxima a ser el accionista mayoritario relativo de Telecom Italia, pero también un fuerte accionista de Digital+, la plataforma española en la que tiene un 56% pero en la que Mediaset tiene derecho de preferencia. El día 20, el Biscione, que posee el 22% de la compañía, puede decidir si compra la participación de Telefónica, o se mantiene en una posición minoritaria o liquida el juego cobrando 350 millones (o incluso más), preciosos para contrarrestar la presión del grupo Murdoch sobre los derechos de la Serie A.

Mientras tanto, Telecom Italia está en camino de convertirse en una empresa pública. Ayer Generali canceló el pacto con Telco. Los otros accionistas italianos, Mediobanca e Intesa, pronto seguirán el ejemplo de Leone. Tras la escisión Generali controlará el 4,3% de la empresa de telecomunicaciones (con una dotación de 470 millones de deuda) los dos bancos italianos el 1,6% cada uno (más 170 millones de deuda cada uno). Telefónica tendrá el 14,8% (más unos generosos mil millones de deuda), una "incómoda" posición de mayoría relativa. El gigante español, a la espera del pronunciamiento de la Antimonopolio brasileña (que podría imponer la salida de Telecom que controla Tim Brasil, competidora de Vivo, la filial carioca de Telefónica) no tendrá representantes en el consejo ni podrá dictar soluciones que puede pensar en una verificación de hechos. Finalmente, bajo la espada de Damocles del conflicto de intereses, no podrá presionar demasiado por una salida de Brasil salvo en condiciones excepcionales. Pero por otro lado, la presencia de un competidor tan importante suena como un disuasivo formidable para un posible escalador. El propio Naguib Sawiris, que sigue presentándose como posible socio no solicitado de la empresa pública Telecom, insiste en pedir la salida de Telefónica de la capital.

En definitiva, un extraño destino une las manos tanto de Mediaset como de Telefónica. En el caso del Biscione se trata de replicar la elección de "¿Salir o doblar?". Por un lado, el liderazgo en Italia, quizás con la aportación de Al Jazeera, pero el abandono de una estrategia de crecimiento en TV de pago en el único mercado internacional donde está presente, España, que sigue dando satisfacciones. Una decisión difícil, incluso si en estos días Fininvest piensa más en recaudar efectivo que en duplicar. La decisión de Telefónica no fue menos dolorosa: aumentar su presencia en Italia es prácticamente imposible. Salir significaría admitir pérdidas de capital masivas. Solo queda reiterar el papel del grande de España en una empresa pública que tolera cada vez menos al exmonopolio madrileño. El momento es por tanto complicado para ambos. Pero quién sabe, tal vez la cuadratura del círculo sea menos imposible de lo que crees. 

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