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Justicia, ministro Carlo Nordio y reforma penal: así planea recuperar las garantías

El ministro de Justicia, Carlo Nordio, acaba de asumir el cargo e inmediatamente formuló sus propuestas de reforma penal. Dos son compartibles, por eso

Justicia, ministro Carlo Nordio y reforma penal: así planea recuperar las garantías

Carlo Nordio acaba de tomar posesión del cargo en el Ministerio de Justicia y ya haciendo declaraciones perturbadoras sobre reforma penal: perspectivas de la separación de carreras asegurando, sin embargo, la independencia de la fiscal. Era de esperarse de quienes han expresado sus reservas sobre el fenómeno judicial italiano con gracia y determinación en el pasado. En esencia, expresa en unas pocas líneas hábiles dos pensamientos para compartir.

Reforma penal: Nordio y la separación de carreras

Il juez y fiscal representan funciones muy diferentes. El primero emite una decisión y, por lo tanto, debe ser neutral con respecto a los intereses en juego; el segundo es el dominus de la acusación y lleva a cabo una acción represiva contra el acusado. Pero en nuestro sistema ambas figuras pertenecen a un mismo aparato, compartiendo métodos de acceso al cargo, promoción de carrera, procedimientos disciplinarios, elección de representantes a la Consejo Superior de la Judicatura, órgano unitario que garantiza el autogobierno tanto del juez como del fiscal. Por otro lado, elacusado – el adversario natural del acusador – es asistido por elabogado cuya trayectoria de formación y rol institucional son completamente diferentes a las de los magistrados. Siendo así, el juez y el fiscal están vinculados por un mismo trasfondo que subyace en un sentido común de pertenencia; fenómeno -como fácilmente se adivina- que genera el riesgo de socavar la equidistancia del juez respecto de la acusación y la defensa, alterando la igualdad entre las partes.

Reforma penal: Nordio y la independencia del fiscal

Pasando a la segunda reflexión expresada por el Ministro, es decir, garantizar laindependencia del fiscal, es una garantía indispensable en la clásica división tripartita de poderes (ejecutivo, legislativo, judicial). Si la figura del fiscal "dependiera" de mayorías parlamentarias o, peor aún, de órganos de gobierno, el riesgo de sometimiento podría socavar el principio según el cual los asociados deben ser tratados de igual forma ante la ley penal; en resumen, un fiscal de arriba hacia abajo podría usar herramientas judiciales para fines poco ortodoxos. 

Reforma penal: algunas sugerencias

Pero todo Ministro también nos gustaría mencionar la escasez de recursos del poder judicial -perfil que ya ha demostrado tener presente- como condición indispensable para lograr una duración más razonable del proceso penal.

Un replanteamiento parcial de los llamados no estaría mal reforma cartabia, publicado hace unos días en el Boletín Oficial. El marco normativo prevé soluciones ambiciosas en las que, sin embargo, predominan las fórmulas basadas en la eficiencia en detrimento de la garantías; además, la disciplina aparece en momentos de una complejidad innecesaria y, en ocasiones, de difícil aplicación en oficinas pequeñas y medianas. Pero en el horizonte se perfila un problema más grande: la prisa por liquidar la reforma y la escasez de la disciplina transicional provocarán graves fibrilaciones interpretativas, exacerbando la incertidumbre de las decisiones judiciales.

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