La crisis europea asusta a Gran Bretaña, que corre a ponerse a cubierto para no permitir que la especulación continental frene la recuperación de los súbditos de Su Majestad. Por ello, el Banco de Inglaterra no toca los tipos de interés, dejándolos en mínimos históricos del 0,5%. La decisión está en línea con las expectativas del mercado.
La institución también decidió aumentar su programa de compra de bonos del gobierno de 200 millones de libras a 275 millones de libras esterlinas. Fue desde noviembre de 2009 que el Boe no reajustó el monto de estas intervenciones, realizadas inyectando liquidez adicional a la economía, es decir, emitiendo nueva moneda.