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FOCUS ENERGY/4 – Las fuentes renovables han cambiado la cara de la red: el efecto Smart Grid

FOCUS ENERGY/4 – La red de transporte de electricidad italiana se ha transformado y se ha vuelto cada vez más inteligente – Las funciones de los consumidores activos y Smart Grids son esenciales en las que Terna ya ha invertido 300 millones e invertirá otros 600 – Pero qué son exactamente y ¿qué impacto tendrán en la evolución del mercado eléctrico?

FOCUS ENERGY/4 – Las fuentes renovables han cambiado la cara de la red: el efecto Smart Grid

Dentro del sector eléctrico se habla desde hace tiempo de las Smart Grids. La necesidad de hacer evolucionar las redes tradicionales de transmisión y distribución hacia redes inteligentes deriva esencialmente de la difusión de las fuentes de energía renovables no programables y de la generación distribuida, que recientemente han acarreado problemas de carácter económico y técnico.

En primer lugar, la integración en el mercado eléctrico de una gran cantidad de fuentes renovables intermitentes, especialmente la fotovoltaica, ha dado lugar a algunos problemas relacionados con la no programabilidad, tales como:

  • Exceso de producción en comparación con el consumo local, con los consiguientes problemas de sobrecarga de la red y desconexión forzosa de las plantas de FER;
  • Necesidad de un nivel de reserva elevado y flexible para equilibrar la rápida variabilidad de los niveles de producción, con los costes para el sistema por la compra de energía de las plantas "punta".

En segundo lugar, la difusión de la generación distribuida ha dejado obsoletas las redes tradicionales, diseñadas para transportar energía unidireccionalmente desde unas pocas grandes plantas a un número muy elevado de usuarios. Un edificio, que en el pasado sólo podía consumir hoy, con paneles solares o minieólicos, se convierte en una pequeña central eléctrica, generando flujos de energía bidireccionales. Por lo tanto, se debe conectar una pluralidad de sujetos que pueden ser tanto productores como consumidores y cuyo comportamiento no se puede predecir de manera confiable.

Todo ello requiere de infraestructuras de telecomunicaciones y herramientas tecnológicas capaces de coordinar de manera instantánea y eficiente la producción y el consumo de energía eléctrica. Las inversiones a realizar involucran a toda la cadena del sector eléctrico:

  • En la fase de generación es necesario optimizar el funcionamiento de las distintas fuentes de generación, en función de las condiciones de la red y las características de consumo;
  • En la fase de transmisión y distribución, es necesario garantizar la calidad y seguridad de las redes a través de mecanismos de acción y reacción que involucran tanto la generación como el consumo;
  • En la fase de consumo, el usuario final debe tomar un rol activo en el sistema, a través de formas de monitoreo e interacción con otros actores del sistema eléctrico.

En lo que se refiere a la red de transmisión, desde 2007 hasta hoy, Terna ya ha invertido alrededor de 300 millones de euros en el desarrollo de Smart Grid y planea otros 600 millones en el futuro. Ya hoy, el Sistema Interconectado Nacional de Transmisión está orientado a satisfacer las necesidades de flexibilidad, economía y confiabilidad requeridas para la integración de fuentes de energía renovables no programables, absorbiendo energía de donde sea que se produzca y transfiriéndola con flujos bidireccionales a zonas deficitarias. y permitiéndote realizar cada acción en tiempo real, a través de innovadores sistemas de comunicación.

Para ello, el plan de acción de Terna está orientado a fortalecer, controlar y monitorear la red, con inversiones en la automatización del mantenimiento del equilibrio entre oferta y demanda de energía, la gestión coordinada de las redes de transmisión y distribución y la experimentación de sistemas de acumulación.

En particular, las acciones implementadas son:

  • Aumento de la capacidad de previsión y seguimiento en tiempo real de la producción no programable gracias a sensores de temperatura y anemómetros;
  • Nuevo sistema de previsión de producción eólica;
  • Regulación de caudales y redespacho en tiempo real para maximizar el aprovechamiento de la red existente, a través de instrumentos de alta tecnología que permiten gestionar con flexibilidad los flujos de energía.

Las ganancias de eficiencia ya son visibles. La MPE (Lost Wind Production), es decir, la falta de inyección a la red de la energía eólica producida por las plantas, era cuantificable en 2009 en 700 GWh y descendió a 470 GWh al año siguiente. En términos porcentuales, la cifra se redujo a la mitad, pasando del 10,7% en 2009 al 5,6% en 2010. Un porcentaje que volvió a descender hasta el 2,9% en 2011 y hasta el 1,3% en 2012. Por tanto, si hace un año una décima parte de la energía eólica se desperdició, hoy es sólo una centésima.

Los próximos pasos están encaminados a experimentar con sistemas de almacenamiento de energía generalizados, con el fin de maximizar el aprovechamiento de los recursos de fuentes renovables y mejorar la regulación del sistema de alta y muy alta tensión. Los sistemas de almacenamiento permitirán absorber electricidad en caso de sobrecarga inminente de la red y liberarla en caso de falta de entrada, mejorando el perfil de tensión de la red de transporte, haciéndola cada vez más segura y eficiente.

Sin embargo, el proceso hacia una red eléctrica inteligente se completará cuando todos los actores de la cadena de suministro estén equipados con las herramientas necesarias para usar la electricidad de manera eficiente. En particular, en la fase de consumo será necesario convertir al usuario en sujeto activo del sistema, a través de formas de seguimiento e interacción con los puntos de consumo. Si en lo que respecta a la red de distribución, Italia ostenta un récord en el número de hogares equipados con contadores inteligentes (hoy hay cerca de 37 millones de contadores inteligentes instalados, sobre todo gracias al programa Telegestore de Enel Distribuzione), aún queda mucho por hacer en materia de sistemas de gestión del hogar, es decir, sistemas domésticos capaces de comunicarse con el contador inteligente y planificar los ciclos óptimos de programación de los electrodomésticos.

Finalmente, una de las cuestiones fundamentales se refiere a los costes de las nuevas redes inteligentes, estimados de aquí a 2020 entre 15 y 60 mil millones de euros (Fuente: Politecnico di Milano, 2012), especialmente en la fase de distribución (inversiones estimadas entre 9 y 15 mil millones de euros). Existe un amplio debate sobre el tema: por un lado, hay quienes sostienen, no equivocadamente, que las inversiones necesarias serán cuantiosas y muy difíciles de recuperar con los beneficios esperados. Por otro lado, la posición contraria también está muy extendida. Es difícil tomar una posición precisa sobre este punto, ya que los modelos de generación distribuida también se encuentran en una fase evolutiva. El punto fundamental es que creemos que en ningún caso se debe cobrar adicionalmente la factura de la luz que, como hemos dicho en nuestras otras aportaciones al debate y como también sostiene la SEN (Estrategia Nacional de Energía), en todo caso, debe reducirse para promover la competitividad y el bienestar colectivo.

Lea los episodios anteriores:

https://www.firstonline.info/a/2013/09/21/elettricita-il-mercato-italiano-fra-calo-dei-consu/25724ef7-a439-48c0-8140-3b5c87ca39a4

https://www.firstonline.info/a/2013/09/28/lo-sviluppo-delle-infrastrutture-di-rete-benefici-/cecbeaa3-ac15-416c-8db0-136d2125e5c7

https://www.firstonline.info/a/2013/10/05/focus-energia3-hub-elettrico-mediterraneo-opportun/a9454aa0-6e4a-4f64-acdc-b9b983366a70

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