En caso de un error grave, los gerentes de los bancos tendrían que devolver los ricos bonos que ya se han embolsado. No solo para castigar a quienes, por ejemplo, han causado pérdidas a largo plazo a su institución, sino también, y sobre todo, para reducir el apetito por el riesgo. Esta es una de las medidas propuestas por el Fondo Monetario Internacional, que pretende limitar los peligros a los que pueden estar expuestos los bancos, muchas veces con graves consecuencias para la comunidad.
Las recomendaciones están contenidas en el tercer capítulo del Informe de Estabilidad Financiera Global, dado a conocer en vista de las reuniones anuales que se realizarán la próxima semana en la sede del instituto en Washington DC.
Además de la creencia de que la compensación debe ser diferida e incluir precisamente una cláusula de reembolso, el Fondo también propone
– mejor “alineación de recompensas con riesgos”;
– una “coherencia” entre la cultura del riesgo y la estabilidad financiera; una composición de los directorios encaminada a hacerlos "independientes de la administración del banco" y que permita tomar en consideración no sólo los intereses de los accionistas, sino también los de los tenedores de bonos;
– mayor “transparencia para promover la rendición de cuentas y fortalecer la disciplina del mercado”.
