FCA y PSA avanzan rápidamente hacia la fusión, que debería materializarse como se espera para el primer trimestre del próximo año. El 27 de octubre se dio un paso más en esta dirección con la firma por los respectivos consejos de administración del plan de fusión transfronteriza relativo a la combinación de los dos grupos: el acuerdo también debería convencer a la Antimonopolio de Bruselas, dispuesta a dar así la luz verde en el nacimiento de Stellantis, el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo en términos de volumen.
Según el reciente acuerdo, PSA podrá vender hasta un máximo de aproximadamente el 7% del capital de Faurecia, la empresa componente controlada por el grupo francés, antes de que se complete la fusión y podrá "adoptar cualquier otra medida (a excepción de nuevas ventas de acciones) que considere necesaria para garantizar que Stellantis no adquiera el control de Faurecia, en línea con las disposiciones del Acuerdo de Combinación Original". “Se prevé -explican los dos consejos de administración que han llegado a esta fórmula- que ello facilitará la obtención de las aprobaciones regulatorias necesarias en relación con la fusión”. Y de hecho, según los rumores recogidos por la prensa francesa, realmente parece que desde el punto de vista de la protección de la competencia no habrá problemas.
Por su parte, el grupo francés PSA, propietario de Citroën y Opel además de la marca Peugeot, ha publicado los datos del tercer trimestre. Y parecen alentadores: la compañía automovilística pierde solo un 0,8% de su facturación respecto al mismo periodo de 2019, que estuvo totalmente libre de Covid, si queremos decirlo así. La facturación en el período de verano fue, por lo tanto, de 15,45 millones de euros, después de que en el primer trimestre del año, por la pandemia había perdido un 35%. Ahora Peugeot parece recuperarse: vende menos (-12%, menos de 600.000 coches en todo el mundo en el trimestre) pero apuesta por la rentabilidad.
