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Fake news, desenmascaremos los bulos sobre el trabajo y el empleo

La fundación Anna Kuliscioff analiza un tipo particular de fake news: noticias que no son inventadas ni falsificadas, sino simplemente no entendidas por el operador de medios, quien, al encontrar en la lectura superficial de la noticia, confirma algunas de sus convicciones y las relanza con entusiasmo. . Así es como las noticias reales se convirtieron en noticias falsas.

Fake news, desenmascaremos los bulos sobre el trabajo y el empleo

El debate sobre las noticias falsas es útil e interesante, pero también hay que tener en cuenta el caso de las noticias que no son inventadas ni falsificadas, sino más bien no entendidas por el operador de medios, quien, encontrando en la lectura superficial de las noticias, confirma algunas de sus convicciones y lo relanza con entusiasmo: hasta este punto una noticia real se ha convertido en un fake.

Un ejemplo brillante es la noticia gritada por "Leggo" con respecto a los datos publicados por el INPS sobre el mercado laboral el 23 de marzo (observatorio de la precariedad): "Más despidos, menos trabajo, los contratos estables colapsan”.

Por el contrario, el INPS nos dice:

· el empleo en los últimos 12 meses (enero 2017 sobre enero 2016) aumentó en 351.000 unidades (saldo entre altas y bajas). En particular, aumentaron los contratos de aprendizaje (+20%) y los contratos de duración determinada (+13,5%), pero también aumentó la transformación de contratos de duración determinada en contratos indefinidos (+4,6%).

· Aumentan las bajas (+2,7%) pero sólo las debidas a finalización de contratos de duración determinada. Las bajas relativas a contratos indefinidos (por tanto, despidos o dimisiones voluntarias) disminuyen (-9,2%). Y hablando de “más despedidos”, veamos los motivos de terminación de relaciones laborales permanentes: estamos hablando de 46.900 casos. Hay un incremento muy modesto respecto al valor de enero de 2016 (46.100) pero viene determinado sobre todo por el crecimiento de los despidos por cambios de contrato y, en segundo lugar, de los despidos por justa causa o motivo subjetivo justificado. Por otro lado, se produjo un fuerte descenso de los despidos por causas económicas o por causas objetivas justificadas (-7%), es decir, aquellos a los que la Ley de Empleo habría dado “luz verde”. También destaca el descenso de las bajas voluntarias, que se ve afectado por la introducción, en marzo de 2016, de la obligación de presentación electrónica: -14%. Ley de trabajos malditos..!

· Anotación: tanto los contratados con contrato indefinido como los de plazo fijo tienen salarios superiores a los de hace 12 meses; de hecho, las contrataciones por clase salarial descienden hasta los 1.500 €, mientras que aumentan de 1.500 € en adelante para los contratos indefinidos, y de 1500 a 2000 para los contratos de duración determinada. Lo que confirma los datos del ISTAT sobre el crecimiento medio de los salarios (Observatorio n.8)

Así que el "grito" de Leggo debería reescribirse así: "más ocupados, menos despedidos por motivos económicos, menos renuncias, más aprendices, aumentos de contratación permanente, aunque sea leve". Pero ¿quieres poner con el atractivo del catastrofismo..?

Última observación: 2016 confirma el éxito de los incentivos a la contratación indefinida; 411.000 contrataciones y 203.000 transformaciones de contratos de duración determinada a indefinidos se beneficiaron de la desgravación fiscal (equivale al 38% del total de contratos indefinidos). Y por otro lado, las contrataciones indefinidas, tras el boom de 2015 atribuible principalmente a la necesidad de regularizar situaciones ya abiertas haciendo uso de las ventajas de los incentivos, se han reajustado en torno al 30% del total de contrataciones. Cabe señalar que las contrataciones definitivas incentivadas se distribuyen entre los grupos de edad en absoluta uniformidad con las colocaciones laborales en general: el resultado más bajo se encuentra en el grupo de edad de 15 a 24 años, luego al alza.

De esto se pueden sacar dos consideraciones:

· Las contrataciones con contrato definitivo no dependen estrictamente de incentivos (en todo caso el 62% de las contrataciones se realizan sin descontar) pero los incentivos dan un impulso que en términos macroeconómicos es muy significativo: más de un tercio del total de nuevas contrataciones. Si una reducción de la cuña fiscal-contributiva llegara a ser estructural, los beneficios serían evidentes. Entonces deberíamos abrir una discusión sobre cómo hacer que esta elección sea sostenible. Si no podemos reducir la cuña para todos, la prioridad es la clase más joven, que hasta ahora es la que menos se ha beneficiado de los incentivos.

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