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Enel y Ambrosetti: ocho propuestas para una Europa de la energía

Enel y Ambrosetti presentaron hoy en el Foro Cernobbio un estudio en ocho propuestas para la creación de una Europa energética más unida, renovable y digital - Tres grandes desafíos: nueva gobernanza, más mercado y desarrollo de redes inteligentes - Starace: “El proyecto de ley ser más transparente con ventajas para los consumidores”.

Enel y Ambrosetti: ocho propuestas para una Europa de la energía

En Europa se habla de unión política y bancaria. A alguien también le gustaría uno fiscal, mientras que hay quienes cuestionan el monetario. Pero otra prioridad es la de unsindicato de la energía. Para alcanzar este objetivo, hay tres desafíos principales que debe enfrentar el sector energético europeo: la implementación de una gobernanza europea verdaderamente integrada, el logro de una estructura de mercado "a prueba de futuro" y el desarrollo de tecnologías digitales. 

Estas son las conclusiones de la investigación “La creación de la Unión Europea de la Energía. Propuestas políticas y recomendaciones para dinamizar la competitividad de Europa”, realizado por The European House – Ambrosetti (TEH-A) en colaboración con Enel y presentado hoy en Cernobbio como parte del Foro "El escenario de hoy y de mañana para las estrategias competitivas". “Es – explicó el ex comisario de la UE Joaquín Almunia, coordinador de investigación, para eliminar los obstáculos a un mercado único de la energía y establecer directrices. Debemos depender menos de las importaciones de otras áreas y enfocarnos en la eficiencia energética”.

Las propuestas de Enel-Ambrosetti son esencialmente ocho: 

  • Armonizar las normas europeas con una lógica top-down y por tanto con una sólida base normativa e institucional europea, dando más poder a los organismos comunitarios;
  • acelerar la integración de los mercados energéticos europeos, incluso a través de mecanismos de cooperación regional;
  • Agilizar el proceso de completar los interconectores europeos sobre la base de análisis de costes y beneficios;
  • Establecer una estructura de mercado coherente con los objetivos de descarbonización de la UE, también mediante la adopción de contratos a largo plazo;
  • Definir criterios transparentes y rentables para la formación de precios minoristas;
  • Impulsar una nueva legislación para la digitalización del sistema energético europeo, situando la de redes inteligentes en el corazón de este proceso;
  • Facilitar el acceso a financiamiento para proyectos de eficiencia energética;
  • Hacer de Europa un pionero mundial en la aplicación, difusión y exportación de tecnologías energéticas innovadoras.

“Enel apoya firmemente la evolución de la política europea sobre energía y medio ambiente – declaró el CEO y Gerente General de Enel Francesco Starace – y, en particular, la plena integración de los mercados energéticos de la Unión como herramienta esencial para alcanzar los objetivos europeos de manera eficiente y sostenible. Los desafíos actuales son crear un contexto regulatorio estable y uniforme capaz de brindar certezas a los inversionistas para diseñar un mercado integrado con señales de largo plazo y mejorar las interconexiones entre estados, desarrollando las redes inteligentes de la mejor manera posible e invirtiendo en la digitalización de las redes. En esto la experiencia italiana es un ejemplo”.

El objetivo final también debe ser el de un menor coste de la energía para el consumidor. En resumen, beneficios en la factura para las familias italianas y europeas: “Actualmente – explica Starace – hay muchos sobrecostes en las facturas para el consumidor final, y muchas veces estos también carecen de transparencia. Esto no depende de las empresas sino de la ausencia de un mercado común: la estandarización del sistema energético traerá beneficios tangibles para los ciudadanos, no solo en Italia sino también en todos los demás países miembros”.

A continuación, el estudio subraya cómo los esfuerzos realizados en el pasado por la Comisión Europea y los Estados miembros han llevado a una reducción gradual del peso de la producción procedente de fuentes convencionales en favor de fuentes renovables y de bajas emisiones de CO2: desde 1990 hasta hoy, las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido en un 18 %, mientras que la proporción de energía procedente de fuentes renovables ha alcanzado el 15 %. Por lo tanto, la UE está en el camino correcto para lograr los objetivos que se ha fijado en términos de energía y clima, incluso si el mismo documento destacó algunos problemas críticos no resueltos como: la dependencia energética, como subraya Almunia, en particular de países con alto riesgo geopolítico; el funcionamiento del mercado interior de la energía, que no permite tomar decisiones de inversión adecuadas debido a la falta de señales de precios a largo plazo; precios de venta al público que, al no ser proporcionales a los costes, generan distorsiones del mercado entre los Estados miembros; la necesidad de mejorar el acceso a la financiación de las iniciativas de eficiencia energética; en el campo de la protección del medio ambiente, la falta de un marco competitivo adecuado para las fuentes renovables y un marco europeo claro sobre incentivos; finalmente, en términos de investigación e innovación, la necesidad de explotar plenamente el potencial para el desarrollo de tecnologías facilitadoras clave.

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