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Elica, campanas italianas para Sudamérica

Tras la reciente expansión en China, la empresa Fabriano podría aterrizar bajo el ecuador. Presidente Casoli: "Estamos evaluando Brasil y Argentina". Mientras tanto, el nuevo producto "Clip" se espera en el mercado en junio.

Elica, campanas italianas para Sudamérica

De las Marcas a los Mares del Sur, pasando por el Lejano Oriente, continúa la expansión del Grupo Elica, líder mundial en la producción de campanas extractoras. La empresa italiana ha adquirido recientemente otro 15% de la china Zhejiang Putian Electric, activa en el mercado de electrodomésticos. Una operación de 30 millones de euros que llevó la participación de Elica al 70%. “Hemos decidido invertir significativamente en este país para aumentar nuestra cuota de mercado, que actualmente está en el 4% – dijo a Firstonline Francesco Casoli, presidente del grupo -. Queremos acceder a nuevos canales: el chino es una realidad muy compleja y hay que vivirla desde dentro, sino no se saca nada”.

Pero la empresa con sede en Fabriano no piensa parar y ya podrían llegar nuevas inversiones en los próximos meses. “Estamos presentes en Europa, Centroamérica y Asia –prosiguió Casoli-. Ahora estamos evaluando la posibilidad de expandirnos a Sudamérica. Por ejemplo, veamos las oportunidades que ofrece Brasil, pero Argentina también es más que interesante”.

En cambio, solo tendremos que esperar unos días para ver la última creación de Elica en el mercado. Se llama "Clip" y fue diseñado por Ludovica y Roberto Palomba. Presentada en Milán durante el Salone del Mobile, la nueva campana extractora llegará a las tiendas en junio. Se caracteriza por la sencillez de las líneas geométricas y las dimensiones contenidas. Casoli subrayó que "el campo de pruebas del nuevo producto será el mercado italiano", pero la empresa espera "una respuesta importante también en los mercados europeos".

Con estas perspectivas, Elica cierra un año especialmente positivo. Los estados financieros de 2010 arrojaron cifras superiores a las esperadas, con una facturación de 368,3 millones de euros (+9,9% respecto al año anterior). También crecieron el Ebitda (de 20,1 millones a 26,2) y el Ebit (de 0,7 a 10,6 millones). El dato más sorprendente, sin embargo, fue el relativo al beneficio neto, que pasó de 200 euros en 2009 a 4,3 millones en 2010. En el mismo periodo, la deuda de la compañía pasó de 22,9 a 34,9 millones. Aumento debido principalmente a las inversiones realizadas por el grupo en Asia.

Menos buenos fueron los números de la empresa en el primer trimestre de 2011. Los ingresos, equivalentes a 93 millones, aumentaron un 5,6% en comparación con el mismo período del año pasado, pero la rentabilidad sufrió una contracción. Disminuye el beneficio neto (de 1,5 a 1,1 millones), el Ebitda (de 6,4 a 6,2 millones) y el Ebit (de 2,3 a 2,1 millones). Las deudas, por su parte, ascendieron a 40,5 millones. “Le echamos la culpa al aumento de los precios de las materias primas –explica Casoli– pero estamos seguros de que nos recuperaremos y seguiremos creciendo durante 2011. Ya implementamos medidas para hacer más eficiente la producción y reducir costos”. Las previsiones para este año se mantienen así: crecimiento de ingresos entre el 5 y el 7% y mejora del Ebitda entre el 5 y el 10%.

Elica es una de las realidades más activas del cuarto capitalismo italiano. Este es un caso típico de nuestro emprendimiento: una multinacional de bolsillo familiar, número uno en el mundo en su sector de nicho. Fundada en 1970 en Fabriano por Ermanno Casoli, en 1978 contaba con 130 empleados y una facturación de 3,5 millones de liras. El mismo año, la muerte prematura del fundador marca la entrada en la empresa de su hijo Francesco, de apenas diecisiete años, que en 1990 se convirtió en director general y en 2006 en presidente. Su familia todavía posee el 56,946% de la empresa en la actualidad.

Desde finales de la década de 2002, Elica lanzó una estrategia de adquisiciones y asociaciones que le permitió expandirse en el extranjero. En 2008, el grupo salió de Europa y firmó un acuerdo con Fuji Industrial, el primer fabricante japonés de campanas extractoras. Cuatro años más tarde adquirió la mayoría de la empresa japonesa. Otras transacciones incluyen la adquisición en 2010 de Gutmann GmbH, líder del sector en Alemania, y la joint venture en XNUMX con el empresario indio Pralhad Bhutada, que da lugar a la creación de Elica Pb India Private Ltd.

Con más de 2.800 empleados, hoy Elica produce alrededor de 17 millones de piezas al año, entre campanas de cocina y motores eléctricos, incluso para calderas, frigoríficos y hornos. Hay nueve sitios de producción, cuatro de los cuales están en Italia, los demás en Polonia, México, Alemania, India y China. La empresa gestiona el 17% del mercado de campanas a nivel mundial y el 41% en Europa.

Lo que distingue al grupo de la mayoría de las medianas empresas italianas es su presencia en la Bolsa de Valores. Desde noviembre de 2006, Elica cotiza en Piazza Affari en el segmento Star, con el símbolo BIT:ELC. Durante el año pasado, la acción ha perdido un 9,01%. El desempeño también fue negativo en una base semestral que registró una caída de 2,85%. Pero las pérdidas más graves se han producido en el último mes, con un fuerte -16,57%. A primera hora de la tarde, las acciones de Elica cotizaban a 1,364 euros, un 1,04% más. Hoy se repartirá un dividendo de 2,51€ por acción.

Según el presidente Casoli, “la decisión de cotizar en Bolsa fue muy positiva. Hasta ahora el comportamiento del stock no ha sido brillante, pero la nuestra no es una gran empresa, por lo que es natural que no sea capaz de mover volúmenes muy grandes. En cualquier caso, la presencia en Piazza Affari nos ha permitido volvernos mucho más atractivos a nivel internacional y abrirnos a un jugador importante como Whirlpool Corporation, que hoy posee el 10% de nuestras acciones. La cotización implica costes, es un compromiso importante y sobre todo un riesgo, pero también es la única forma de superar esos límites que siempre han frenado el crecimiento de nuestro negocio. Creo que, por el bien de sus empresas, las familias italianas deberían dar un paso atrás y dejar más espacio al mercado".

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