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ELECCIONES ESTADOUNIDENSES – Obama al borde de la derrota en la votación de medio término

La economía está creciendo pero los estadounidenses no lo notan, la reforma de salud aún se desconoce, las finanzas no han sido reguladas y la política exterior se tambalea: estas son las razones que marcan el declive del presidente Obama en vísperas de la votación de mitad de período de mañana donde los demócratas arriesgarse a una derrota estrepitosa en la renovación de diputados y senadores.

ELECCIONES ESTADOUNIDENSES – Obama al borde de la derrota en la votación de medio término

En Estados Unidos no es difícil entender por qué en estos momentos el Partido Demócrata, y Obama personalmente, se encuentran en grandes dificultades en vísperas de la votación intermedia. En Italia, parece una sorpresa. Mañana, 4 de noviembre, la votación renueva a los 435 diputados (la Cámara está de hecho siempre en campaña electoral, se renueva en su totalidad cada dos años), 33 senadores, es decir un tercio, 38 gobernadores de estados y territorios y 46 legislaturas locales. 

La economía estadounidense está creciendo pero menos de lo que a menudo pensamos y, sobre todo, las tres cuartas partes de los estadounidenses, que lo evalúan por su salario mensual, no lo notan. La reforma sanitaria sigue siendo indescifrable, y ciertamente junto a los que ayuda perjudica a otros, y no se trata de ricos llamados a pagar el precio de los pobres, sino de gente corriente, todos más o menos iguales. Sólo el balance final ayudado/dañado nos dirá quizás dentro de un año en qué consiste esta reforma a la que Obama ha ligado su prestigio. 

Las finanzas no se aprovechan ni se regulan realmente. Y aunque el tema es complejo y sólo un pequeño porcentaje es capaz de tener opiniones suficientemente documentadas, muchos han entendido que, más allá de la retórica, Obama defendía más a Wall Street que a Main Street. Y finalmente la política exterior, donde los norteamericanos han advertido que falta previsión y mano dura al timón, ante crisis graves como la de Oriente Medio, que sobre todo suscitan el miedo al terrorismo en casa, desde Nueva York a San Francisco. Y luego el ébola, que da miedo.

Con nosotros, también gracias a la información romántica o instrumental que siempre trae el "modelo virtuoso" de América, por cierto y de manera inapropiada, citamos los datos de crecimiento trimestral, si hay un más de 4,1 decimos que América está creciendo a 4. por ciento. Loco, para nosotros los italianos que hemos estado parados alrededor de cero durante tres años. En realidad, Estados Unidos ha estado creciendo durante cuatro años a una tasa tendencial de alrededor del 2 por ciento, y para nosotros sería un sueño, pero con fuertes saltos trimestrales, como suele suceder mucho después de las crisis financieras de época. 

Sin embargo, cuando son negativos, estos cambios no reciben la misma atención por parte de nosotros en la información general que cuando son positivos. Por el momento nadie puede asegurar que tras dos excelentes trimestres no se produzca una fuerte desaceleración en el último de 2014 o el primero de 2015. Si no lo hay, como siempre ha sido desde 2010, será una excelente noticia también para nosotros (por extensión) y significará que el jefe ha sido doblado. Pero los votantes votan poco sobre el futuro y más sobre el pasado reciente y el presente.

 Obama dijo hace un mes que se han creado 2008 millones de empleos desde 10, 8,7 millones según otras fuentes, frente a los 8,8 millones perdidos entre septiembre de 2008 y diciembre de 2010. Pero en promedio los nuevos empleos pagan casi un tercio menos, hay un alto cantidad de trabajos de bajo nivel (venta al por menor, servicios varios), abundan los contratos atípicos como decimos y el ingreso real del hogar medio, en la mitad de la escala, se estanca en poco más de $51 los valores de 1995. El desempleo cayó en la medida U3 del 10 al 5,9% pero se supera el 11 en la medida U6 que tiene en cuenta a los autoconvocados ya los trabajadores a tiempo parcial involuntario.

En todos los grupos que anteriormente han apoyado a Obama, las jóvenes latinas y otros, las proporciones se han invertido según las encuestas desde 2012 y hoy es la minoría la que lo apoya. Excepción, negros, pero en declive. ¿Pero cómo, tienen a Obama –suerte de ellos– y no lo mantienen de buena gana? Eso dicen muchos en Italia. Es falta de información. "Es un panorama en el que ya nadie, excepto los demócratas leales, apoya al presidente Obama", escribe Ross Douthat en el New York Times. 

La vara para medir los resultados podría ser esta: expectativas confirmadas si los republicanos crecen de 45 a 49 o 50 senadores, y los diputados republicanos de 233 a 240-243. Si los números suben, para los demócratas es una avalancha trascendental y destructiva. Si es mejor, no todo está perdido, dadas las lúgubres premisas. 

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