Parecía la amenaza habitual (y puede que aún lo sea), pero la intención expresada por Silvio Berlusconi de desconectar inmediatamente al gobierno si el Partido Demócrata vota por su destitución como senador está elevando rápidamente la temperatura política. El termómetro es Piazza Affari que, a poco más de una hora del cierre, pierde un 1,75 por ciento y es la peor lista europea.
Es cierto que el síndrome sirio pesa mucho sobre los mercados y el riesgo de una inminente intervención militar contra Assad, pero el riesgo político es, sin duda, la desventaja competitiva adicional que paraliza la bolsa italiana.
El Partido Demócrata ha intentado contrarrestar la ofensiva de Berlusconi (“Basta de amenazas”, argumentó la ministra Franceschni) pero, si no da un giro más, esta vez Berlusconi parece más decidido que en ocasiones anteriores a provocar la crisis.
El intento del PDL de ganar tiempo en la Junta para las elecciones e inmunidades del Senado fracasó y el lunes el relator Augello dará su informe sobre el caso Berlusconi y sobre la solicitud de destitución del senador. Pero queda por ver si el gobierno seguirá en pie el lunes. Esta vez, sin embargo, una Letta bis sería menos problemática porque la disidencia tanto en el PDL como entre los grillini podría materializarse.