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“Edison”: una película cuidada que no enciende

La película de Gomez-Rejon relata la lucha entre Edison y sus rivales, pero también la transición histórica de las linternas a las bombillas: en cambio, llama la atención Capernaum de Nadine Labaki, una verdadera obra maestra.

“Edison”: una película cuidada que no enciende

Juicio del autor:

Dos estrellas y media

La historia de un hombre que hizo que toda la humanidad diera un salto tan significativo en tan solo unos años que ni siquiera se puede comparar con los milenios anteriores juntos. Este es el tema de Edison, la película de la semana dirigida por Alfonso Gómez-Rejóncasi debutante en grandes producciones internacionales. La historia que se cuenta en la pantalla se refiere a la guerra tecnológica y financiera, que tuvo lugar entre Thomas Edison, considerado el mayor inventor estadounidense del siglo XIX, y su rival directo George Westinghouse. En el contexto de la disputa entre los dos personajes se destaca una figura aparentemente menor, Nicolás Tesla, pero no menos relevante.

Lo que estaba en juego era (y sigue siendo) de dimensiones hiperbólicas, colosales: contiene todo el desarrollo económico, social y científico de toda la humanidad que, desde entonces, ha dado ese paso adelante que nos ha llevado directamente a la modernidad. Desde este punto de vista, la película discurre por caminos que a menudo se cruzan y no siempre favorecen al espectador (salvo en el caso de los licenciados en ingeniería).

El título de la película hace referencia al inventor de la bombilla, pero el desarrollo sitúa con razón tanto el papel de su antagonista como el no menos secundario de Tesla, que luego muere sin haber ganado un dólar de su genialidad. Es precisamente no sólo y no tanto la historia del inventor de la bombilla (que entonces, en verdad, sólo compró la patente original y mejoró el componente fundamental, el filamento) sino la de un momento, del transición epocal de la luz de las lámparas de gas al uso de la electricidad para iluminar y producir.

Esta película tuvo un precedente ilustre: “El romance de toda una vida”, con Spencer Tracy de 1040, una película biográfica enteramente dedicada a la vida de Edison. Este personaje habría merecido mucho más que el título que, por otro lado, aparece algo confuso en el guión. No solo fue un inventor sino también un gran visionario.: podía ver más allá de lo imaginable y, como era de esperar, también es recordado por ser el creador del cine incluso antes que los hermanos franceses Lumière. La película fue hecha con un exigente, caro, cuidado en los detalles escenográficos pero no en la narración. Los planos, muy estéticos y sugerentes, son llamativos, pero no captan las emociones que incluso un momento histórico tan importante en la historia del hombre es capaz de generar. Se podría decir "mucha luz por nada", o al menos por un rato. Lástima, el tema lo merece.

Es de esperar que los lectores de FIRSTonline puedan perdonar un grave descuido: se trata de Cafarnaúm, dirigida por el director libanés Nadine Labaki estrenada en los cines italianos hace unas semanas. Una verdadera obra maestra, una película que pocas veces se pasa a ver. La historia realmente sucedió en Beirut, donde una familia de refugiados vive un infierno que solo la realidad puede describir, mucho más que cualquier fantasía. En esa situación dramática destaca imperiosamente la figura del protagonista, un niño de unos 12 años que, junto a otro niño de unos dos años, suman una capacidad actoral inimaginable, asombrosa para su edad. Se necesitaron dos años de edición para hacer esta película y el resultado se puede ver en todo: perfecto, sin fallas. No es casualidad que la película fuera nominada al Oscar y al Globo de Oro, además de ganar el premio del jurado en Cannes: es una película destinada a quedar en la historia del cine por la forma y el contenido de las imágenes que impactan como duro como piedras en el estómago. Absolutamente imperdible.

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