El último movimiento para frenar la inflación fue elevar la tasa clave. El comité de política monetaria del banco central de Brasil lo elevó medio punto al 9 por ciento. “creyendo que esta operación ayudará a reducir la subida de precios y conseguir que esta tendencia a la baja continúe a lo largo del próximo año”.
Actualmente, el desplome del real -que ha perdido un 20 por ciento de su valor frente al dólar desde principios de año- ha llevado la inflación al 6,15 por ciento. Un fenómeno, el de la devaluación de la moneda, impulsado por la fuga de capitales, a su vez alimentado por la decisión de la Fed de reducir el plan de estímulo. Otros países emergentes, incluido el sudeste asiático, también enfrentan problemas similares, exacerbados por la incertidumbre siria.
"Las tasas de interés más altas ayudarán a Brasil a controlar la inflación e impulsarán la confianza de los inversores", dijo ayer el Fondo Monetario Internacional. Según Fabio Akira, economista jefe para Brasil de JP Morgan entrevistado por la BBC, puede haber más aumentos: el experto espera un crecimiento de 50 puntos básicos en octubre y otros 25 a finales de año.
Mientras tanto, los inversores continúan preguntándose por cuánto tiempo y hasta dónde llegará la crisis en los países emergentes. El temor es que algunos de estos estados no estén lo suficientemente equipados para hacer frente a tales shocks.