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Continuar el viaje en la fábrica cambiante.

En la era moderna, el concepto de fábrica está cambiando: en la antigua fábrica de Taylor había una clara separación entre las actividades simples y repetitivas, encomendadas a los trabajadores, y las demás actividades, que caían dentro de la competencia de la línea jerárquica, mientras que en la “nueva” fábrica se desmantelaron las estructuras jerárquicas tradicionales y la complejidad organizativa.

Continuar el viaje en la fábrica cambiante.

El período que atravesamos es escenario de fenómenos sociales, económicos y políticos que sin duda sentimos profundos, probablemente destinados a marcar de manera decisiva el futuro próximo en el contexto de una creciente globalización de la competencia.

Incluso las actividades industriales, en sus componentes organizativos, tecnológicos y relacionales, se ven totalmente afectadas por los cambios que se están produciendo y obligadas a revisar sus lógicas y paradigmas, que se estructuraron sobre la división científica del trabajo taylorista entre quien dispone y quien ejecuta.

En las fábricas se está gestando una revolución industrial silenciosa que deliberadamente no es percibida por gran parte de ese mundo académico, político, sindical y de opinión televisiva que, empapado de viejas ideologías, sigue viendo en la fábrica el lugar de explotación de los trabajadores. , obligados a trabajar a un ritmo frenético, expuestos al continuo riesgo de accidentes, incapaces de satisfacer las necesidades fisiológicas primarias, continuamente acosados ​​por los jefes con disputas y medidas disciplinarias.

En la antigua fábrica de Taylor había una clara separación entre las actividades simples y repetitivas, encomendadas a los trabajadores, y las demás actividades complejas, responsabilidad de la línea jerárquica, mientras que en la "nueva" fábrica las estructuras jerárquicas tradicionales y la complejidad organizativa eran definición desmantelada, improductiva y nociva, sustituyéndolas por una organización que ha distribuido horizontalmente el poder de decisión entre todos los colaboradores (trabajadores, técnicos, directivos) que son los más aptos para ejercerlos en los distintos niveles.

Si durante décadas el sistema de producción fue declinado por el sistema técnico, reduciendo la contribución del trabajo obrero a un mero factor de producción indistinto, en la "nueva" fábrica en cambio la figura del trabajador y su "saber" adquiere centralidad: en otra parole ya no es el hombre el que tiene que adaptarse al puesto técnico de trabajo, sino que es el lugar de trabajo el que debe adecuarse lo más posible a las características psicofísicas del trabajador.    

Hoy, cuando miras el lugar de trabajo de un trabajador, ves respeto por el medio ambiente, la seguridad de las personas y las cosas, un método de trabajo bien organizado, el uso de maquinaria de tecnología avanzada que reduce la fatiga del trabajador, así como la implicación de personal operativo.

Con World Class Manufacturing (WCM), la nueva filosofía de fábrica ve para cada lugar de trabajo la sincronía entre el hombre y los procesos tecnológicos. Por tanto, hoy en día la necesidad de una implicación real de los trabajadores, entendida no sólo como un simple consentimiento a las intervenciones innovadoras, sino como una conciencia de todos los objetivos relacionados con el propio ámbito de trabajo, es fundamental para la empresa.

Desde un punto de vista organizativo, estos objetivos deben perseguirse con un enfoque estructurado, como la seguridad y la calidad, el cumplimiento de las secuencias operativas y de producción, así como los vínculos que estos tienen con los objetivos más generales medibles y monitoreados del propio proceso de producción. .

Este tipo de involucramiento es un cambio cultural que amplía las bases para la participación en los procesos de definición de puestos a los trabajadores, cambiando efectivamente la cultura organizacional hacia la cooperación, fomentando el aprendizaje y permitiendo la mejora continua.

Con la participación de los trabajadores, a todos los niveles, desde las fases de diseño de los puestos de trabajo hasta las verificaciones del proceso, se obtiene como resultado una implementación del método más rápida, menos propensa a errores y más estable, así como un aumento global de la productividad.

El lugar de trabajo se ha transformado, ya no es esa cueva polífema que el imaginario colectivo percibe fuera de la fábrica y que todavía considera un lugar horrible, con su oscuridad, donde sólo la astucia -que es una mezcla de inteligencia y astucia- se combina con astucia – permite a los trabajadores sobrevivir.

laAmbiente del trabajo en su conjunto ha adquirido un sano olor a dignidad: nuevos comedores, nuevas áreas de relajación, nuevos baños son el corolario de lugares de trabajo rediseñados desde un punto de vista ergonómico para eliminar las condiciones de posibles accidentes y lesiones y para mejorar el trabajo en general ambiente.

La seguridad de personas y sistemas pasa por la identificación y evaluación de riesgos, el análisis sistemático de los accidentes ocurridos, mejoras técnicas en las máquinas y en el puesto de trabajo, educación, capacitación y control, así como auditorías internas periódicas sobre la seguridad de las plantas.

La actividad laboral se realiza respetando un método de trabajo bien organizado en un lugar de trabajo donde, además de restaurar y mantener las condiciones básicas, también es importante asignar al trabajador una carga de trabajo diaria acorde con las condiciones ergonómicas del lugar de trabajo individual. La fatiga diaria se mitiga no solo mediante pausas de trabajo programadas, sino también mediante el uso de maquinaria de tecnología avanzada que reduzcan o faciliten el esfuerzo del trabajador en el desempeño de sus funciones.

El equipo de trabajo en el taller está formado, a nivel de trabajador, por un número limitado de empleados y un jefe de equipo, que también es trabajador. La tarea del líder del equipo, en pocas palabras, es capacitar, recoger las propuestas de mejora presentadas por los miembros del equipo, participar en los grupos de trabajo creados ad hoc para atacar/resolver problemas operativos críticos relacionados con las especificidades de los lugares de trabajo. De hecho, el equipo coopera con la estructura corporativa aumentando el nivel de mejora ambiental y reduciendo la tasa de conflicto en la fábrica sobre la aplicación de los tiempos de trabajo y sobre la determinación de las cargas de trabajo diarias.

En algunos casos, la participación y contribución de los trabajadores también conduce a la caracterización técnica de los límites del lugar de trabajo con, por ejemplo, la asignación de materiales en contenedores específicos y cerca de las estaciones de trabajo, la inserción de equipos que facilitan el movimiento de pesados piezas o la adaptación de los perfiles altimétricos de los sistemas a las características ergonómicas del trabajador.

En definitiva, el Trabajador ya no es esa figura “perdedora” de las fraguas del siglo XIX, su dignidad laboral, y no sólo eso, se manifiesta a diario por el nivel de participación, por la capacidad de adaptación personal, por la formación continua. Todos factores que dan lugar a la combinación e integración de diferentes conocimientos que son la base de la mejora continua para crear la “fábrica del nuevo siglo”.

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