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Cnel, deuda pública: recortar para crecer

Las dificultades técnicas de la intervención, según los expertos que hablaron ante el Consejo Nacional Económico y Laboral, no deben llevar al Gobierno a renunciar a una operación extraordinaria de desendeudamiento, necesaria para reducir el gasto por intereses, devolver la credibilidad al País, relanzar el crecimiento por reducción de la carga fiscal

Cnel, deuda pública: recortar para crecer

El martes se reunieron en el "Parlamentino" de la Cnel (Consejo Nacional de Economía y Trabajo), los principales expertos italianos en deuda pública, para discutir la oportunidad de una intervención extraordinaria destinada a reducir drásticamente el stock de deuda, que ahora navega hacia el 124% del PIB.

Las personalidades que asistieron esbozaron un panorama lleno de interrogantes y obstáculos de carácter técnico: le dificultades de la operación, en una fase de alta inestabilidad económica y financiera, corren el riesgo de bloquear de raíz la operación de tala.

Casi todos los participantes, sin embargo, coincidieron en el análisis básico: el nivel de impuestos que pesa sobre la economía es incompatible con el crecimiento, a corto y largo plazo. Por ello, para esterilizar las subidas de impuestos introducidas para respetar las restricciones comunitarias al déficit, un recorte rápido y claro de la deuda pública permitiría liberar recursos para el crecimiento, reduciendo el gasto en tipos de interés y llevando la acumulación de deuda por debajo de la participación psicológica del 100% del PIB.

Sin embargo, es en los detalles donde se esconden los escollos, sin contar las aperturas europeas -como se rumorea estos días- sobre la gestión de las deudas soberanas: Italia ostenta niveles de riqueza pública privatizables con pocos rivales en el contexto mundial, pero los rumores recientes llamados "Fondo Europeo de Redención" - Nota Antonio Guglielmi de Mediobanca Securities-, sugieren que los activos públicos podrían servir como garantía para un fondo europeo al que fluirían las porciones de deuda que excedieran los parámetros de Maastricht: por lo tanto, los activos muebles e inmobiliarios no podrían venderse para reducir el stock de deuda.

El establecimiento del ERF parecería ser bienvenido por la canciller Angela Merkel pero, como respuesta Antonio María Rinaldi – supondría un coste enorme para Italia inmovilización de patrimonio público por alrededor de 1000 millones de euros. Una cantidad probablemente no disponible, pero no solo eso: los activos quedarían bloqueados, inutilizados por el Gobierno, que perdería su autonomía y soberanía en la gestión de activos con vistas a la reducción de la deuda.

En cualquier caso, se trataría de una operación especialmente delicada: ya en el pasado las titulizaciones de bienes públicos han arrojado resultados lejos de ser satisfactorios. Además, en un momento de escasa liquidez y poco apetito por el riesgo, el recurso a las emisiones de bonos garantizados con patrimonio estatal no puede tomarse a la ligera: es la posición de Guido Salerno e jose pignataro (BNL). La primera propone el establecimiento de un Fondo, a los que fluirían los bienes del Estado, cuyas acciones, colocadas en instituciones de seguridad social y sociedades de gestión de activos, se canjearían por valores públicos ya en circulación.

Pignataro en cambio propone un “tarifa de reequilibrio” de 300 mil millones, para un pago que puede ser diferido y reembolsado tras la enajenación gradual de los activos del Estado. El impuesto afectaría principalmente a empresas y tenedores de activos financieros.

En cualquier caso, existe cierto escepticismo sobre el recorte de la deuda: las condiciones del mercado desincentivarían el recurso a la venta de activos, haciendo conveniente y políticamente factible el camino del Fondo Europeo de Redención, propuesto por los cinco sabios alemanes. El exministro de Hacienda es de esta opinión Vincenzo Visco, quien subrayó cómo pueden coexistir el cumplimiento del Pacto Fiscal y la recuperación económica.

Rinaldi es de una opinión completamente diferente: mediante la creación de una nueva empresa, que incluiría activos no estratégicos por alrededor de 360 ​​mil millones en su balance, sería posible emitir bonos completos con "warrants", lo que daría al comprador un derecho de tanteo en la compra de los bienes, cuando éstos sean efectivamente puestos en el mercado. Los tenedores de deuda pública -bancos in primis- podrían comprar los bonos emitidos a cambio de BTPs y BOTs, que sin embargo serían canjeados al valor de emisión, contribuyendo a la recuperación del balance de las entidades de crédito.

Además, el ejercicio de la opción haría justa toda la operación, premiando al tenedor del warrant, que tendría que adquirirse con antelación para acceder a las subastas públicas. Según Rinaldi e. Paolo Savona (los creadores del proyecto) el potencial para atraer inversores de alto calibre e incluso pequeños ahorradores. Especialmente en un momento en que la "renacionalización" de los mercados financieros está reduciendo la parte de la deuda pública en manos de las finanzas extranjeras.

El tiempo se acaba y las cifras económicas muestran un panorama nada halagüeño: durante los próximos veinte años, Italia tendrá que emprender fuertes maniobras de reembolso para converger hacia la cuota de deuda del 60 % del PIB. En un contexto de recesión (y un crecimiento que se ha estancado durante más de una década) es previsible que –si no se renegocia el Pacto Fiscal– una posible recuperación italiana, en términos reales, del 1-1,5% anual, sirva enteramente para pagar las maniobras previstas por los parámetros europeos.

Por ello, los expertos reunidos en el Cnel esperan un pronto y valiente "respaldo" por parte del Gobierno, que produzca una convergencia de intenciones sobre la necesidad de emprender una maniobra extraordinaria para reducir, al menos en un 20%, la 1966 millones de deuda que lastra el crecimiento del país.

Especialmente después de los decepcionantes avances del ejecutivo en la revisión del gasto, que no contemplan una reducción drástica del gasto público ineficiente, el recorte de la deuda está regresando. 

La revisión de gastos – señaló eduardo reviglio (Cdp)- tiene, sin embargo, un papel fundamental: es en conjunción con este último que el proceso de desinversión puede completarse de manera efectiva: las fusiones de administraciones y entes locales en una perspectiva a largo plazo pueden liberar las propiedades y hacerlas atractivas para el mercado. Sin embargo, estos deben ser capaces de atraer inversores. Baste decir que el rendimiento actual de los activos que devengan intereses asciende a un mísero 0,7% anual. Demasiado poco para atraer capital y comenzar negocios rentables.

 

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