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Cine, Vice – El hombre de las sombras: Christian Bale revive a Dick Cheney

En los EE.UU. posteriores al 11-S, durante la guerra de Afganistán y la invasión de Irak, Cheney se mueve, tan habilidoso como inescrupuloso, como vicepresidente que con un sabio y violento uso del poder logró apoderarse del destino del país al vaciando el peso del Presidente Titular, George W Bush – TRAILER.

Cine, Vice – El hombre de las sombras: Christian Bale revive a Dick Cheney

Juicio del autor: 3 de cinco estrellas

Es necesario tener un estómago fuerte para digerir bien los tragos amargos que nos ofrece la película de esta semana: Vice – El hombre en las sombras, dirigida y escrita por Adam McKay. Es una historia real, inspirada en hechos reales antes, durante y después de la presidencia de George Bush Jr. donde el protagonista principal no es, como parece, el presidente de los Estados Unidos sino su adjunto Dick Cheney (interpretado de manera excelente de Christian Bale). Es precisamente su figura, su vida pública y privada en el centro de la historia donde leemos muy bien el ascenso al poder de un hombre que, permaneciendo precisamente en las sombras, de hecho se convierte en el verdadero dueño del ejecutivo en detrimento de un Presidente que no brilla por sus habilidades. 

Toda la película nos transporta a lo largo de los años, al período oscuro y dramático del terrorismo internacional, el apocalipsis de las Torres Gemelas y todo lo que siguió. Volvemos a las elecciones presidenciales de 2000, cuando el candidato republicano Bush gana el enfrentamiento a su contrincante demócrata al Gore por un puñado de votos (alrededor de 540 exactamente). Se plantearon muchas dudas sobre la ilegitimidad de ese voto, posteriormente resuelta con una sentencia de la Corte Suprema que otorgaba la victoria a Bush. Al año siguiente se produjo el atentado del 11 de septiembre al que siguió la guerra de Afganistán y, posteriormente, la invasión de Irak, al que se creía implicado directamente y acusado de poseer armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas. En este ambiente, con todo el trasfondo tanto político como humano, Cheney se mueve en la sombra (ni siquiera tanto), tan hábil como inescrupuloso en el uso sabio y violento del poder que puede ejercer. El enfrentamiento directo con Bush es decisivo cuando le propone convertirse en su adjunto para la presidencia de EE.UU., lo que acepta con la única y simple condición de que sea el titular de los poderes gubernamentales más importantes, vaciando efectivamente el peso del presidente de turno.

La película se mantiene muy bien en el tiempo narrativo a pesar de que la mayoría de los espectadores son muy conscientes de lo que realmente sucedió y de lo cargadas de consecuencias que fueron las elecciones de la administración Bush. El elenco es excelente y no hace falta nada más para describir los aspectos humanos y políticos de un papel, el de los diputados, sean los que sean, que siempre ha sido de gran importancia en la vida pública de los grandes líderes. Para aquellos de los lectores que sean "expertos" en un gran clásico de la televisión en streaming como es House of Cards no dejará de observar las muchas similitudes entre la realidad y la ficción, cuando los límites de una a menudo se confunden con los de la otra y viceversa. El director, además, ya ha cosechado cierto éxito con su trabajo anterior (donde también ganó un Oscar por el guión) con una historia sobre la crisis financiera de 2007 también basado en hechos reales. Al final de la proyección, queda esa vaga sensación de indigestión, precisamente, que asalta cuando uno se da cuenta de que, por desgracia, muchas veces, la política, sobre todo a niveles tan altos, es demasiado importante como para dejarla en manos de los demasiado ingenuos o demasiado egoísta para tener responsabilidades más grandes que ellos. Vale la pena ver esta película, no solo para recordar lo que sucedió hace apenas unos años, sino también para recordar cómo la política a veces puede ser fea, sucia y mala.

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