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CFI, el inversor institucional que crea puestos de trabajo apoyando cooperativas e inversiones

ENTREVISTA A CAMILLO DE BERARDINIS, director gerente de CFI (Cooperazione Finanza Impresa), el inversionista institucional que, nacido de la ley Marcora, ahora apoya a las empresas cooperativas interviniendo, como un pequeño CdP, en el capital social y apoyando inversiones fijas: “Nosotros han salvaguardado 9.000 puestos de trabajo”

CFI, el inversor institucional que crea puestos de trabajo apoyando cooperativas e inversiones

Pocos lo saben entre el público en general, pero la CFI (Cooperazione Finanza Impresa) es una especie de pequeña Cassa Depositi e Prestiti, un inversor institucional público que, sobre la base de la ley Marcora, tiene la función de apoyar a las empresas cooperativas, ingresando su parte capital y financiar inversiones fijas bajo ciertas condiciones. En esencia, sobre todo en estos tiempos, es una mano santa para los negocios y para el trabajo pero con la preocupación de salvar el empleo pero también de no malgastar el dinero público en viejas prácticas asistencialistas como hacían Gepi y otros carros en tiempos desfavorables. Camillo De Berardinis, CEO de CFI, explica qué es hoy y cuál es su verdadera filosofía social y empresarial en esta entrevista con FIRSTonline

FIRSTonline – Doctor De Berardinis, su CFI nació en 1986, sobre la base de la ley "Marcora" (n°49/1985), para apoyar las operaciones de compra de los trabajadores a través del establecimiento de cooperativas de trabajadores en el sector industrial y luego ha gradualmente modificó y amplió su misión. Hoy, 27 años después del inicio real de la actividad, existen importantes novedades legislativas por el papel que puede jugar la empresa en la salvaguarda de las actividades productivas y el empleo. ¿De qué se trata exactamente?

DE BERARDINIS – Con la reforma que tuvo lugar en 2001 (L. 57), la ley Marcora amplió su campo de actuación, interviniendo no sólo en los casos de compra de trabajadores a empresas industriales en crisis, sino también en el sector de la cooperación social. La otra novedad introducida en 2001 fue la de la posibilidad, para Marcora financiera, no sólo de entrar en el capital riesgo de las empresas, sino de realizar préstamos para inversiones fijas. Las novedades introducidas en 2003 por la reforma de la ley de sociedades hicieron necesaria una actualización de la ley, lo que permitiría ampliar la gama de instrumentos financieros a utilizar para dar respuesta a la nueva demanda de las cooperativas. De hecho, el apoyo a las inversiones fijas, más aún en un momento de crisis generalizada como este, responde solo parcialmente a la demanda de las empresas, que hoy necesitan sobre todo liquidez para sostener su negocio, para financiar su cartera de trabajo, también por la dificultades acentuadas en el cobro de los créditos, especialmente de las administraciones públicas.

En definitiva, era necesario adaptar la Marcora, respetando su espíritu, introduciendo modificaciones que aumentaran las posibilidades de intervención. Un objetivo que se ha conseguido este año, gracias a la acción de las Centrales Cooperativas y a una renovada atención del Gobierno y del Parlamento hacia el modelo Marcora como intervención para la protección del empleo que se ha traducido en tres medidas, que contemplan: la establecimiento del "privilegio" sobre los préstamos de la empresa Marcora; la ampliación de la gama de instrumentos financieros para operar en apoyo a las empresas; la transferencia de los fondos de Foncooper en Sicilia y Valle d'Aosta a la financiera Marcora.

No cabe duda que este resultado demuestra no solo el reconocimiento por el trabajo realizado en los últimos años, sino también el interés de intervenir en apoyo a las pequeñas y medianas empresas que representan un pilar de la economía del país y que en este momento enfrentan con una crisis que afecta fuertemente el sistema productivo, tienen menos medios y herramientas para enfrentar sus consecuencias. Corresponderá ahora a las organizaciones cooperativas ya las financieras Marcora demostrar que saben aprovechar al máximo los nuevos recursos y los nuevos instrumentos puestos a su disposición.

FIRSTonline – Desde muchos frentes, incluso en los últimos tiempos, se han alzado voces críticas sobre la efectividad real, sin mencionar el despilfarro, que han marcado la intervención pública en políticas e instrumentos de apoyo al sistema productivo. ¿Qué enseña la experiencia lograda por CFI desde este punto de vista? ¿Puede resumir la actividad desde la constitución de la empresa hasta el día de hoy, aclarando qué resultados han dado los recursos empleados en términos de salvaguardia del empleo y costos para el Estado?

DE BERARDINIS – Un elemento importante que destaca la experiencia de CFI es que las intervenciones realizadas han demostrado ser particularmente significativas bajo varios perfiles. El primero es el de la eficacia, porque las inversiones realizadas han permitido salvaguardar más de 9.000 puestos de trabajo. Resultados obtenidos con una inversión media por empleado inferior a 18 miles de euros. En definitiva, con recursos limitados y que, entre otras cosas, caen dentro del fondo rotatorio y por tanto permiten usos posteriores en apoyo de otros proyectos empresariales. El otro elemento importante es la capacidad de estas empresas para mantenerse en el mercado, a pesar de ser, en muchos casos, cooperativas nacidas de empresas en crisis: frente a una tasa de supervivencia de las empresas italianas, según datos de lstat de los últimos cinco años, igual a cerca del 50%, el de las empresas financiadas con la Marcora supera el 1%. En definitiva, se ha seguido un camino completamente diferente, y con resultados positivos, al de las intervenciones no finalizadas de apoyo al empleo o al uso de redes de protección social (movilidad, despidos) que, sin embargo, no generan negocio y oportunidades de desarrollo. .

FIRSTonline – Recordamos que, en un principio, CFI nació para apoyar a aquellos trabajadores que querían intentar hacerse con el relevo, transformándose en empresarios cooperativos, de todo o parte del negocio de la empresa en crisis de la que eran empleados. Una "misión" que, sin dejar de ser una prioridad, ha dado cabida a diferentes tipos de intervención. ¿Cómo ha evolucionado el negocio a lo largo de los años?

DE BERARDINIS – CFI es un sujeto cuya misión es crear o salvaguardar el empleo mediante la promoción de negocios, no es un "banco mercantil". Uno de los campos en los que se mueve, por tanto, es el de desarrollar sinergias y colaboraciones tanto con las organizaciones cooperativas a las que se refiere, en particular con sus articulaciones territoriales y sectoriales para identificar nuevos proyectos en los que invertir, como con el comercio Sindicatos y agencias de empleo para ser un actor activo en la búsqueda de soluciones en situaciones de crisis y reestructuración empresarial que afectan los niveles de empleo.

Otro ámbito importante es el de apoyo a las empresas decomisadas del crimen mafioso, con el objetivo de ayudarlas a superar uno de los elementos más críticos: la continuidad del negocio. Es necesario construir un "grupo de trabajo" con presencia de organizaciones cooperativas y sindicales, el Ministerio de Desarrollo Económico y CFI, que apoye a la agencia que administra los bienes confiscados a la mafia para identificar y seleccionar proyectos que permitan a los trabajadores adquirir su negocio y asegurar la continuidad de su trabajo. Si, en efecto, tras la desamortización las empresas se ven obligadas a cerrar en un par de años, se produce un efecto negativo sobre los trabajadores de estas empresas, sobre sus familias y sobre el territorio que corre el riesgo de anular la bondad de una herramienta imprescindible para la lucha contra el crimen organizado. La experiencia acumulada por CFI en la evaluación y apoyo de proyectos empresariales puede dar, en colaboración con los sujetos que he mencionado y con asociaciones como Libera Terra, una importante contribución a una intervención de gran valor tanto social como económico. Esta intervención podría, entre otras cosas, ser facilitada mediante la modificación de la ley, que prevé, para las cooperativas integradas por trabajadores de las empresas decomisadas, que las sociedades financieras Marcora pueden tomar acciones con base en el capital suscrito por los socios trabajadores, incluso si se paga en menos del 50% de lo previsto actualmente.

FIRSTonline – ¿Hay nuevos sectores de intervención para Cfl?

DE BERADINIS – Como mencioné anteriormente, hasta 2001 CFI solo intervino en operaciones de compra de trabajadores que involucraban empresas industriales en crisis. Luego estas intervenciones se extendieron a las cooperativas sociales. Ahora el escenario de referencia está cambiando rápidamente y nuevas figuras profesionales y nuevos sectores también están ingresando a la cooperación que pueden encontrar una respuesta en los tipos de intervención de la ley Marcora. Solo para dar algunos ejemplos, menciono el sector de distribución de medicamentos, planificación, salud (también en relación con las innovaciones previstas por el "decreto Balduzzi"). En definitiva, se abren unas líneas de trabajo que nos obligan a estar atentos a las novedades que van surgiendo en el frente de la demanda de intervención. Sin embargo, es importante subrayar que, incluso en estos nuevos sectores, siempre estamos hablando de cooperación laboral. Los socios trabajan como cooperativa ya través de la forma cooperativa organizan su trabajo como profesionales o técnicos en nuevos sectores de una manera diferente.

FIRSTonline – El Comité Económico y Social Europeo, en un dictamen sobre transformaciones industriales de abril de 2012, subrayó el papel positivo de las cooperativas incluso en tiempos de crisis e indicó en la ley Marcora y en el CFI una buena práctica en el ámbito de las transmisiones de empresas a empleados. ¿Cree que esta opinión ha favorecido de algún modo las recientes novedades legislativas y que, en todo caso, podrá ampliar la capacidad de intervención de la empresa?

DE BERARDINIS – Creo que la posición expresada por el CESE es realmente importante. Por la cooperación, en general, como forma de empresa capaz de reaccionar ante la crisis; para la ley Marcora y para CFI, en particular, que se señalan al Parlamento Europeo ya los países de la Unión como modelo de intervención para la transmisión de empresas a los trabajadores. Es un bonito reconocimiento a nuestra actividad y, al mismo tiempo, un estímulo para fortalecerla y cualificarla especialmente en una etapa difícil como la actual.

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