cuando todavía el imú era un proyecto humeante, el mercado inmobiliario italiano ya se estaba hundiendo. Los últimos datos publicados por Istat se refieren a primer trimestre 2012 y destacan el desplome vertical de dos rubros en la base del sector: compraventa e hipotecas.
Los italianos solo pagaron la primera cuota del nuevo impuesto municipal único en junio, pero es evidente que ya entre enero y marzo, la conciencia del aguijón que se avecina desalentó las inversiones inmobiliarias. El declive de la riqueza de los hogares, la dispersión y la parálisis de los bancos hicieron el resto.
Para ventas de bienes raices, la reducción interanual fue del 16,9%. El 92% de las transacciones (que ascendieron a 154.813) correspondieron a inmuebles residenciales, mientras que el 6,3% correspondieron a unidades inmobiliarias de uso económico.
Sin embargo, en comparación con el primer trimestre de 2011, las caídas fueron del 17,2 y el 11,8%, respectivamente. En cuanto a las diferencias territoriales, el descenso más acusado se registra en el Centro (-21% para uso residencial y -22,4% para uso comercial).
se puso aun peor en el frente de la hipoteca: se encendieron un total de 92.415, la mitad de las concedidas en el mismo período del año anterior (-49,6%).
En detalle, los préstamos con hipoteca inmobiliaria (64.116) registran un descenso tendencial del 39,2%, mientras que los no garantizados con hipoteca inmobiliaria (28.299) descienden un 63,6%. Estos últimos se han derrumbado hasta en un 74,5% en el centro de Italia.