Antonio José de Souza, de 52 años, propietario de una pequeña tienda de teléfonos móviles en el Complexo do Alemão, una de las favelas más violentas de todo Brasil hasta hace poco, necesitaba dinero para ampliar su gama de productos. Cuando a finales de 2011, el agente de la Caixa Econômica Federal llamó a la puerta de su local, el comerciante, sin pensarlo dos veces, pidió un préstamo de 2.300 euros: tres días después el dinero ya estaba en su cuenta.
Antonio es solo una de las 97 personas de la favela que en los últimos cuatro meses de 2011 se beneficiaron del programa de microcrédito facilitado por la Caixa, un banco estatal vinculado al Ministerio de Economía. La estrategia de la entidad financiera es enviar a la zona a jóvenes, de entre 18 y 22 años, de bajos ingresos pero con al menos bachillerato, para conocer directamente a los comerciantes y ofrecerles la mejor solución: "Ellos son todos habitantes de la comunidad. Conocen a los emprendedores y reconocen sus necesidades”, explica Bruno Fraga, supervisor de la Caixa, al diario Folha de S. Paulo. El dinero generalmente se usa para pequeñas renovaciones o para aumentar la gama de productos a la venta.
El Banco do Brasil, otra institución con participación mayoritaria del Estado, adopta en cambio una estrategia menos agresiva: los agentes no tocan las puertas de los comerciantes, sino que se encuentran con el público en las sucursales que se abrieron en 2011 en tres favelas de Río, el Complexo do Alemão, el Rocinha y la Cidade de Deus. Tres nombres que durante décadas han infundido miedo en la población carioca y que en cambio, últimamente, con la expulsión y detención de los narcos y con la entrada de las UPP, se han pacificado las Unidades de la Policía Pacificadora. y asegurado. El resultado es que, en tan solo tres meses, se desembolsaron 330 pequeños préstamos por un total de unos 400 mil euros.
Sin embargo El 22% de la población de todo el estado reside en las favelas de Río, alrededor de 3 millones de personas, una base de clientes potencialmente enorme. De hecho, contrariamente a lo que se podría pensar, la economía dentro de las favelas de todo Brasil es extraordinariamente activa y, a pesar de la pobreza, estas comunidades representan un vasto mercado de consumidores, pequeños empresarios y comerciantes.
Las dos entidades financieras que fueron las primeras en lanzarse al negocio ofrecen condiciones de acceso al crédito muy similares: los préstamos no superan los 6.400 euros para empresas que facturan hasta 51 euros al año. A la tasa subsidiada de 0,64% mensual, la deuda se puede pagar en 24 meses.
y para el 2012 los institutos bancarios esperan un verdadero auge en las solicitudes y desembolsos, la previsión es ver un aumento del 300%. Actualmente, el microcrédito para actividades comerciales y negocios representa el 20% del pastel, mientras que el 80% restante es crédito para consumo. Según los analistas, esta tendencia se revertirá ya en 2013: "Tenemos muchas operaciones en análisis que están por ser aprobadas", confirma Tarcisio Hubner, superintendente del Banco do Brasil.
El próximo paso también será abrir nuevas agencias en todas las 18 favelas de Río donde ya está instalada la Policía Pacificadora y donde, además de paz, ahora hay un gran deseo de desarrollo y bienestar.
