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Bolsas europeas positivas pero con el vuelco de Volkswagen el modelo alemán del coche eléctrico entra en crisis

Las Bolsas europeas se animan y en Milán los bancos se recuperan. Pero el mercado mantiene el foco en Volkswagen y es más frío en la cotización de Porsche

Bolsas europeas positivas pero con el vuelco de Volkswagen el modelo alemán del coche eléctrico entra en crisis

toman coraje bolsas de valores europeas después de un comienzo lento. Entre lo mejor Plaza Affari +0,66% gracias al repunte de los bancos, ya desbordados por la crisis política, mientras que el diferencial se mantiene por encima de los niveles de guardia en 236 puntos. Pero entre los motivos de atención (y preocupación) hoy la política deja paso a la industria, ante los nuevos signos de debilidad e incertidumbre que llegan desde Alemania. Y no solo porque el índice IFO, el termómetro más fiel de los estados de ánimo al otro lado del Rin, ha puesto de manifiesto un deterioro de la confianza empresarial alemana, que ha caído a su nivel más bajo desde el estallido de la pandemia debido a los crecientes temores de recesión, sino por el cambio en Wolfsburgo, o la sorpresiva dimisión del número uno de Volkswagen -3% la peor acción de la Bolsa de Frankfurt.

Las bolsas europeas se animan, en Alemania los coches en crisis

La decisión de despedir a Herbert Diess, exjefe de Volkswagen, se tomó el jueves pasado sin el conocimiento del gerente que visitaba la fábrica estadounidense en Chattanooga. Veinticuatro horas después el técnico, ya al frente de un imperio con 660 empleados, dimitía con efecto casi inmediato: a modo de consuelo, se cumplirá íntegramente el contrato que le unía al Wolfsburgo hasta 2025 por un importe de 30 millones euros Pero a partir del 53 de septiembre, cuando se reanuden las actividades, ocupará el asiento número uno Oliver Blume, de XNUMX años, un veterano del grupo que lidera la joya porsche

Volkswagen: el coche eléctrico pone en crisis el modelo de cogestión

Un verdadero bombardeo, absolutamente inusual en un gigante automovilístico, pero que reunió a todos los componentes del consejo de supervisión compuesto que gobierna el símbolo del poder alemán: las familias Porsche y Piech, los accionistas más importantes; el sindicato IG Metall, pivote de la mayoría, desde hace tiempo en fuerte desacuerdo con los métodos "amerikan" de Diess, gran admirador de Elon Musk; el gobierno de Baja Sajonia, otro accionista importante, preocupado por los recortes de empleo vinculados a la transición del grupo del motor de combustión al eléctrico. La gota que colmó el vaso son precisamente las dificultades que surgieron en el “cambio de piel” del grupo. La ambición de hacer todo internamente resultó ser un objetivo propio: Cariad, o la división de software, no pudo resolver algunos defectos, con el resultado de retrasar el lanzamiento del SUV Porsche Maicán y poner en peligro el resultado del gigantesco plan de 91 millones de euros para llevar el "coche del pueblo" a la era eléctrica. 

Ahora el mercado está frío con la cotización de Porsche

Pero Diess paga sobre todo el fracaso de una complicada cuadratura del círculo: reconciliar las cogestión modelo volkswagen (defendida a espada por la número uno del sindicato interno, la tenaz Daniela Cavallo, sangre calabresa, pasaporte alemán) con elevolución hacia el coche eléctrico que requiere menos personal (30 arriesgan sus puestos de trabajo, advirtió Diess) pero grandes inversiones que, entre otras cosas, supondrán el sacrificio de cotización porsche para reunir el capital necesario. Un paso delicado porque los estudios de mercado apuntan a que el título no podrá aspirar a los precios estimados en 2019, sino que tendrá un precio mucho menor. aún por debajo de los múltiplos de Ferrari.

Esta será la misión inicial de Blume, una vida en el grupo, a quien debemos el éxito del primer Porsche totalmente eléctrico, el Taycan. Pero el primer objetivo del nuevo número uno será “desarrollar una cultura de trabajo en equipo”, como ha querido señalar el propio consejero delegado. En definitiva, tras la sacudida de Diess, el hombre que tuvo el mérito de reaccionar ante el dieselgate, vuelta a la tradición: no más elecciones impuestas a la estructura de un grupo inmenso, sí a la cogestión sin limitarse a la "religión de lo eléctrico", tratando de conciliar la transición a lo digital con la herencia tecnológica del grupo. Un desafío que, visto más de cerca, también involucra a la industria italiana de las cuatro ruedas íntimamente ligada al ciclo de producción de Audi y su entorno.

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