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Berlusconi y harakiri: "Nos importa un carajo la propagación"

Il Cavaliere argumenta que "los italianos no deberían preocuparse por el diferencial", porque "es la diferencia entre lo que el Banco de Italia tiene que pagar por los valores de primera emisión y lo que paga el banco alemán, y no nos podría importar menos". – Luego relanza la propuesta de una “amnistía grave”.

Berlusconi y harakiri: "Nos importa un carajo la propagación"

Pero, ¿qué nos importa la propagación? De todos modos, pase lo que pase, el Carnaval de centroderecha sigue desfilando. Tras la bizarra propuesta del aliado de la Liga Norte, Roberto Maroni, quien el fin de semana lanzó la idea de una "moneda lombarda" para reemplazar al euro, Silvio Berlusconi, ha decidido relanzar. La nueva carroza del desfile es un gran clásico del Caballero, pero esta vez se propone con gran riqueza de análisis técnico: “Los italianos no tienen que preocuparse por la propagación. – dijo el líder del PDL, invitado de Unomattina -, porque es la diferencia entre lo que tiene que pagar el Banco de Italia por los valores de primera emisión y lo que paga el Banco Alemán, y no podría importarnos menos".

Más bien, según Berlusconi, “lo que debe importar es el interés que debe pagar el Estado por los bonos de emisión, que es del 4,30%, o algo así. Si hay cinco puntos, cuesta más dinero también para nuestras empresas y por lo tanto no podemos aguantar mucho tiempo en una situación similar". 

Lástima que el Tesoro italiano tenga que pagar intereses por todos los títulos de deuda y que el termómetro de estos rendimientos sea precisamente el diferencial. El diferencial italiano, sin embargo, lleva unos días de vuelta bajo presión precisamente por la incertidumbre sobre el resultado de la votación en las próximas elecciones políticas. Y esta mañana está flotando alrededor de la marca psicológica de 300 puntos básicos. 

Pero no ha terminado. El Caballero siguió hablando a la barriga de los italianos también desempolvando la propuesta de "perdón grave” y argumentando que atender los intereses de los evasores fiscales es la mejor opción para el Estado: “¿La amnistía? Hace que las personas que no pagaron impuestos paguen impuestos, obliga a esas personas a convertirse en contribuyentes a partir de ese momento". Sin embargo, habría al menos otra hipótesis a evaluar: también es posible que algún contribuyente honesto, ya acostumbrado al eterno retorno de la amnistía, opte -“a partir de ese momento”- por convertirse en evasor.

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