En 2012, los bancos redujeron sus sucursales en la Unión Europea en 5.500 unidades, dejando al Viejo Continente con 20.000 sucursales menos que al inicio de la crisis en 2008. Así se desprende de un análisis de Reuters de datos del Banco Central Europeo.
Los bancos en Europa están cerrando sucursales en un esfuerzo por reducir los costos operativos y mejorar las ganancias, al mismo tiempo que aprovechan que más consumidores acceden a los servicios bancarios en línea y por teléfono. Los datos muestran una reducción del 2008% de sucursales bancarias en la Unión Europea en el periodo 2012-8, quedando así 218.687 sucursales, una por cada 2.300 personas.
Los mayores recortes en 2012 corresponden a los países más afectados por la crisis. Grecia experimentó una de las mayores contracciones en 2012 (-5,7%), lo que provocó el cierre de 219 sucursales. En España, en cambio, cerraron el 4,9% de las oficinas de la zona. La red de sucursales bancarias irlandesas, por su parte, registró un -3,3%, mientras que en Italia el porcentaje de cierres se detuvo en el 3,1.
A diferencia de lo que ocurre en la Unión Europea, el número de sucursales crece en algunos países del Este; Polonia, la República Checa y Lituania registraron aumentos en las sucursales bancarias del 4,4%, 2,3% y 1,8% respectivamente. En Gran Bretaña, sin embargo, el número de sucursales se ha mantenido casi igual.
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