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Bancos, incluso la Fed descubre el valor de la proximidad

La crisis de la Banca Popolare di Bari ha reavivado las discusiones sobre el papel de los bancos locales, pero no es posible agrupar todo junto y la idea de último momento que viene de los EE. UU. y que plantea la hipótesis de un nuevo paradigma bancario nos hace pensar

Bancos, incluso la Fed descubre el valor de la proximidad

Antes de la temporada de vacaciones, Randal K. Quarles, vicepresidente de supervisión de la Reserva Federal pronunció un discurso en la Universidad de Stanford, la prestigiosa Universidad de California. Su intervención, en perspectiva, se centró en lo que actualmente parece ser la evolución de la economía, especialmente en lo que se refiere circulación de personas, oportunidades de trabajo y concentración en los centros urbanos.

Uno de los puntos salientes del discurso pronunciado por Quarles se refería la evolución de la economía y la sociedad en el oeste de los Estados Unidos, destacando, en particular, que tras décadas en las que se ha producido un despoblamiento progresivo y homogéneo de las denominadas zonas rurales hacia las grandes ciudades, en los últimos años, por el contrario, se ha ido reforzando una tendencia opuesta que ve florecer de nuevo a los pueblos pequeños con una recuperación del crecimiento de la población residente. Esta es una tendencia que, según Quarles, debería llevarnos a reflexionar sobre cómo debe imaginarse y diseñarse el sistema bancario en los próximos años para volver a garantizar esa proximidad que hoy vuelve a necesitar la renovada vitalidad de unas zonas alejadas de las grandes ciudades.

La crisis que se vive desde 2007 ha traído consigo profundos cambios en el sistema bancario estadounidense favoreciendo la sucesión de una serie de fusiones y adquisiciones para salvar a los bancos más apurados. Esto claramente ha producido una reducción en el número de bancos y el número de sucursalesespecialmente en pueblos pequeños. Pero hoy, precisamente, esta nueva mayor vitalidad de los pueblos pequeños requiere necesariamente, según Quarles, un nuevo marco de pensamiento que contemple, junto a las ventajas que ofrecen las innovaciones tecnológicas y fintech, una presencia física que nos permite ofrecer aún más servicios a los clientes, algunos de los cuales no se pueden entregar a través de canales digitales.

Lo relevante de las consideraciones expresadas por Quarles se refiere al inicio de un replanteamiento de la visión que ha guiado a la Fed hasta ahora en la evolución del sistema bancario estadounidense, visión que ha favorecido la afirmación de grupos bancarios cada vez más grandes, acentuando los objetivos de eficiencia y rentabilidad más allá de todo límite razonable, muchas veces en detrimento de la posibilidad de prestar servicios de forma generalizada. Una vuelta, por tanto, a una nueva y más moderna visión de proximidad por la que aboga la Reserva Federal, con el objetivo de fomentar y acompañar el desarrollo y el crecimiento económico incluso en aquellas zonas con menor densidad de población donde la recuperación parece cada vez más arraigada y expandida gracias también a las posibilidades que ofrece la evolución tecnológica para descentralizar las actividades laborales y sin efectos negativos en términos de productividad.

Un cambio de paradigma, por tanto, el que se asoma en el panorama económico y financiero estadounidense lo que parece contrastar con lo que, todavía hoy, se promueve en Europa donde, en los últimos años, todas las intervenciones del Banco Central Europeo han ido encaminadas a salvaguardar la estabilidad del sistema bancario y financiero a través de un proceso de consolidación que, aquí también , ha visto reducirse el número de bancos y sucursales. Un proceso que también se acompañó Reglas cada vez más estrictas con respecto a los requisitos de capital y los elementos que deben apartarse. para hacer frente al crecimiento de las partidas problemáticas presentes en el balance y que ha requerido los mayores sacrificios precisamente de los bancos más pequeños y del territorio que basan su trabajo en el préstamo principalmente en la financiación de la economía real.

Se espera que la nueva visión que viene de Estados Unidos y la Reserva Federal también sea implementada por el BCE, dada la conformación del tejido productivo en Europa donde, junto a numerosas grandes empresas, existen también millones de pequeñas y medianas empresas que, para ofrecer su contribución a la recuperación de la economía, necesitan poder comunicarse estrechamente con las entidades de crédito establecidas en el territorio y capaces de ofrecer respuestas compatibles con sus necesidades. Tener el objetivo de salvaguardar la estabilidad financiera sin tener en cuenta el crecimiento de la economía real corre el riesgo de ser solo una ilusión temporal y contraproducente. 

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