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Auguste Rodin en Milán a partir del 17 de octubre

Del 17 de octubre de 2013 al 26 de enero de 2014, en la monumental Sala delle Cariatidi, en el piso noble del Palazzo Reale de Milán, se instalará una gran exposición (60 obras) dedicada a Auguste Rodin (París 1840 - Meudon 1917).

Auguste Rodin en Milán a partir del 17 de octubre

La ilusión de la carne y de la sensualidad es el tema en torno al que se desarrolla el primer apartado, en el que se recogen algunas obras tempranas de corte clásico, entre ellas el célebre Homme au nez cassé, rechazado por el Salón de París de 1864, retrato homenaje a gran genio miguel angel. En lo más alto de esta sección estará Il Bacio, la escandalosa escultura que representa a dos amantes y que causó sensación en el Francia de finales del siglo XIX, una obra que aún conquista a los visitantes de Musée rodin.

La segunda sección ofrece algunas de las esculturas más conocidas de Rodin y demuestra la plena madurez del maestro también desde el punto de vista de la habilidad para elaborar las figuras que emergen de los blancos bloques de piedra. Junto a retratos de gran intensidad, lejos de la fría precisión de su temprana carrera, como el busto dedicado a su compañera de toda la vida Rose Beuret, las referencias al eros se alternan con la desinhibida investigación formal y estética del maestro, demostrando su necesidad de intentar nuevos caminos escultóricos. Aquí las bellas Mains d'amant son una referencia lírica al amor y la sensualidad, pero ya nos permiten comprender en profundidad la labor de recuperación de la tradición que realiza Rodin junto a la afirmación de una nueva idea de escultura.

La poética de lo inconcluso caracteriza la tercera sección donde se representa el triunfo de lo "inconcluso", el recurso lingüístico que inmediatamente remite a Miguel Ángel y que Rodin desarrolla en clave de absoluta modernidad, luego ampliamente adoptada por sus colegas. A continuación se muestran algunos de los más bellos retratos realizados por el artista, entre ellos el de Víctor Hugo y otro, poco conocido, de Puvis de Chavannes, el gran "decorador de paredes", uno de los artistas más populares de su tiempo.

Rodin tenía una relación especial con el mármol y sus contemporáneos vieron en él a un gobernante ante el que temblaba la materia. Sus esculturas, lejos de ser convencionales, dan vida y forma a la modernidad, animando el material muy clásico por excelencia, destinado por su naturaleza a la inmovilidad.

La exposición aprovecha una actividad de investigación llevada a cabo por el Musée Rodin, que ha realizado un extenso análisis histórico y crítico del taller artístico del genio francés y sus metodologías para trabajar la piedra. Desde hace algunos años, el Musée Rodin se ha comprometido de hecho a reestudiar la producción de mármol de Rodin, incluso definiendo a los colaboradores individuales que trabajaron en los bloques de mármol. Rodin corta personal y directamente el mármol durante buena parte de su carrera, hasta que la cantidad de encargos debido a la consecución (aunque tardía) de una amplia fama le obliga a organizar un auténtico taller, sin por ello renunciar a seguir el éxito de todos los trabajos.

Todos los mármoles maduros de Rodin tienen bien impreso su estilo, ese inacabado que se hará conocido en todo el mundo, pero cada pieza tiene su propia historia, ya través de ellas también se reconstruye el sentido de un atelier que se convierte en “taller”. A este respecto, Aline Magnien escribe en el catálogo: "Si la mano del escultor es fundamental para sus interlocutores, es evidente cómo Rodin mantiene las cosas separadas: por un lado, la concepción y el modelo, del que asume plena responsabilidad, desde El otra es la ejecución, abiertamente delegada y en la que el cliente no duda en participar, permitiéndole en ocasiones elegir el título que prefiera. La mano es aquí un punto crucial porque el papel –real o imaginario– que juega o no Rodin en la elaboración de sus canicas está en el centro de la valorización o, por el contrario, de la crítica de sus obras durante el siglo XX”.

Esta oportunidad expositiva ha permitido profundizar las investigaciones sobre los materiales utilizados por el maestro, pero sobre todo esclarecer la relación entre el escultor y los colaboradores llamados a participar en las fases de realización de la obra. También en este caso, por tanto, Rodin es un anticipador de la práctica contemporánea -aunque retomando las costumbres de los antiguos talleres- de delegar la ejecución del trabajo a los asistentes manteniendo inalterado el proyecto conceptual original. La exposición, que exhibe las canicas del artista en series cronológicas, es por tanto un recorrido por la estética y la práctica escultórica del genio francés. Lo que emerge es una sensibilidad completamente nueva respecto a su época, donde la materia busca la sensualidad y el desnudo se expone con una carga erótica muy innovadora.

Un extraordinario montaje fue diseñado por el arquitecto y diseñador francés didier faustino, para resaltar los diferentes tramos del itinerario expositivo y establecer un diálogo con el espacio arquitectónico de la Salón de las Cariátides. También gracias a las luces de Giambattista Buongiorno, los mármoles blancos de Rodin cobrarán vida en un contexto evocador y sorprendente, que permitirá a los visitantes explorar todos los temas que caracterizan su producción plástica.

Tras la cita en Milán, la exposición continuará su recorrido en Roma, por iniciativa de la Superintendencia Especial para el Patrimonio Arqueológico de Roma y la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma. La exposición se instalará en el espacio monumental del gran Aule delle Termas de Diocleciano, una de las sedes de la Museo Nacional Romano, mientras que GNAM presentará una selección de esculturas italianas entre los siglos XIX y XX para sugerir una comparación con la escultura del maestro francés.

La exposición está promovida y producida por Ayuntamiento de Milán - Cultura, Palacio Real, Museo Rodin en París, Civita y Electa, En colaboración con el Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales y Turismo, la exposición está comisariada por Aline Magnien, conservadora jefe del Patrimonio del Musée Rodin de París, en colaboración con Flavio Arensi. La exposición presenta un corpus de más de 60 obras con un número tan amplio de esculturas de mármol que constituye la revisión más completa que se ha realizado sobre los mármoles de Auguste Rodin.

RODÍN. Mármol, vida

Sede de Milán, Palazzo Reale – Salón de las Cariátides

De octubre 17 2013 26 2014 a enero

Revisión