comparte

Actuarios: solo un bienestar extendido es sostenible

En el Día Nacional del Retiro, los actuarios se hicieron esta pregunta: "¿Se puede considerar la tasa de reemplazo como una herramienta válida para medir la adecuación de las pensiones?" La respuesta fue negativa.

Actuarios: solo un bienestar extendido es sostenible

A pesar de la reforma Monti-Fornero, una caída en el empleo y la reducción en la productividad per cápita podrían hacer necesarias más intervenciones en los impuestos generales para hacer que el sistema de seguridad social italiano sea más sostenible. Así lo sustentaron hoy actuarios en el Día Nacional de la Seguridad Social durante la conferencia "Recomponiendo el círculo virtuoso del bienestar: la contribución de los actuarios", subrayando que "empleo e ingresos son elementos fundamentales para la estabilidad del sistema de seguridad social y para la adecuación de pensiones".

La reforma ha introducido elementos fundamentales para la sostenibilidad financiera: el tránsito a la pensión contributiva procuota para quienes -durante unos años más- se hubieran beneficiado de una pensión íntegramente remunerada; la eliminación de las pensiones de vejez; la reformulación de los requisitos para la jubilación. Sin embargo, el sistema público de pensiones, recuerdan los actuarios, sigue financiado por las cotizaciones recaudadas año a año, lo que ante un aumento del desempleo y una reducción de la productividad per cápita puede no ser suficiente para la estabilidad general. Precisamente en relación con los mismos factores –empleo y productividad– también existe incertidumbre sobre el nivel que podrán alcanzar las prestaciones de pensión calculadas por el método contributivo. En otras palabras: ¿tendremos pensiones adecuadas?

En el Día Nacional del Retiro, los actuarios formularon específicamente esta pregunta: "¿Se puede considerar la tasa de reemplazo como una herramienta válida para medir la adecuación de las pensiones?" La respuesta fue negativa. O más bien: la tasa de reemplazo (relación entre pensión y salario final, ndr), en su sentido clásico, puede dar un indicio de una tendencia; pero es tan variable según la evolución de la carrera (empleo/ingresos) y la evolución económica general (PIB, a la que se vinculan año a año las revalorizaciones del capital acumulado por cada contribuyente) que exige las debidas precauciones. En particular, sugieren los actuarios, sería útil, especialmente para quienes están más lejos de la edad de jubilación, acompañar la tasa de reemplazo con un intervalo de confianza. Este aspecto es particularmente importante si se considera que la tasa de reemplazo de la pensión básica generalmente se considera un elemento fundamental en la evaluación de la oportunidad/necesidad de participar también en formas de pensión complementaria. 

Los actuarios miran en perspectiva todo el sistema de bienestar: las formas de pensiones complementarias -argumentan- deberán organizar, junto con las cajas de salud, una cobertura adecuada a las necesidades del ciudadano, necesidades que también cambiarán en relación con los cambios introducido en el sistema de pensiones obligatorias. Según los actuarios, será fundamental desarrollar formas de cobertura para las necesidades tanto del ciudadano "maduro", que aún no cumple con los requisitos de jubilación y está particularmente expuesto a riesgos laborales y de salud, como del adulto mayor, también en este caso vinculado a los ingresos ya la salud.

Los actuarios proponen un concepto más amplio de no autosuficiencia: la más clásica y tradicional debe ir acompañada de un nuevo tipo de no autosuficiencia, entendida como "un estado de dificultad no física sino económica derivada de las condiciones demográficas, sociales y económica que ha cambiado dando lugar a nuevas necesidades que muchas veces los ciudadanos tienen que afrontar solos”. Por ello, los actuarios prevén algunas posibles intervenciones para construir, en el ámbito de los instrumentos ya existentes, un bienestar ampliado e integrado”.

Revisión