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Assopevidenza: el sistema de cotización del ministro Fornero es bueno pero se necesita atención a largo plazo

“El sistema de cotización del ministro Fornero puede no ser negativo desde el punto de vista de los resultados -explica el presidente del gremio Sergio Corbello-: en nuestras proyecciones, con una carrera plana, la tasa de reemplazo es interesante” -Pero el problema surge de la antigüedad: continuar con el cuidado a largo plazo.

Assopevidenza: el sistema de cotización del ministro Fornero es bueno pero se necesita atención a largo plazo

Más trabajo equivale a más jubilación. La nueva reforma de la ministra Elsa Fornero incentiva a quienes prolonguen su actividad laboral. En las proyecciones de Assopevidenza, para un cuarentón hoy, la jubilación a los 66 años con un salario final bruto anual de 30 euros supondría una tasa de reposición del 58,2%. Si, por el contrario, el mismo trabajador se jubilara a los 70 años, la tasa de sustitución ascendería al 74,2%. Proyecciones que son válidas a partir de ciertas condiciones: una carrera constante y una primera inscripción en el INPS a la edad de 25 años con un salario bruto anual de 15 mil euros. Por supuesto, cuanto más sube el salario bruto final, más baja la tasa de reemplazo. Así, manteniendo las condiciones ya comentadas, un cuarentón que hoy se jubila a los 70 y que cuenta con un último salario bruto anual de 150 mil euros, obtendrá una tasa de reposición del 35% (27,5% si se jubiló a los 66 años). la edad de 75 años). Para los que tienen un salario bruto de 49,7 euros, la tasa de sustitución sería del 70% a los 39,1 y del 66% a los XNUMX. 

“No se dice que el sistema de cotización sea tan negativo desde el punto de vista de los resultados – dice Sergio Corbello, presidente de Assopevidenza, la Asociación Italiana de Bienestar y Asistencia Complementaria – si tengo continuidad durante 40 años, al final de mi carrera mi tratamiento de pensión corre el riesgo de tener una tasa de reemplazo cercana al 80%. Con carrera plana mi tratamiento de pensión calculado con los coeficientes me da una tasa de reemplazo absolutamente interesante”. Que incluso puede superar el 100% en casos de carrera muy esperada (siempre con primera inscripción en el INPS a los 25 años con 15 euros de salario). También en el caso de los que hoy cumplen 40 años y tienen un salario bruto final de 30 euros antes de jubilarse, la tasa de sustitución ascendería al 104,1%. Por supuesto, las proyecciones personales de uno se desviarán de los cálculos estándar cuanto más tenga una carrera errática o altamente proyectada. 

“La cuestión –prosigue Corbello– es si sobre la cotización, dadas las condiciones de continuidad de las personas que tienen carreras planas, la pensión complementaria sigue teniendo una finalidad. Para estas realidades es bueno tener un tratamiento complementario pero debería ser una segunda pensión más flexible con, por ejemplo, la revocabilidad de la cesantía a las pensiones complementarias. Los que siempre hemos dicho que estamos en contra de los avances en las pensiones complementarias, decimos que todas las formas de adaptabilidad son bienvenidas porque haber adelantado el objetivo final ha hecho necesaria una mayor flexibilidad”. 

Ya porque el alargamiento de la perspectiva de la vida y por tanto del trabajo abre otro frente urgente: no todos envejecemos de la misma manera. Corbello dice: “Hoy tenemos que ponernos en la perspectiva de abordar sistemáticamente otro aspecto: los ancianos no necesariamente están en condiciones de afrontar la vejez en salud, con capacidad de autogestión: por ello cobra importancia la cobertura de la capacidad o incapacidad del adulto mayor que vaya más allá de los fenómenos patológicos. Uno de los perfiles de reflexión importantes que surgen de la reforma Fornero es la certificación del envejecimiento del país que nos dice que es bueno introducir sistemáticamente la cobertura de dependencia”. 

Las compañías de seguros ahora ofrecen programas de atención a largo plazo como cobertura individual. quienes, en caso de necesidad, garantizan una renta vitalicia para cubrir sus necesidades relacionadas con el envejecimiento. Luego hay realidades que han introducido coberturas de este tipo a nivel contractual y colectivo, como bancos y compañías de seguros. “El mutualismo hace funcionar el mecanismo y lo sigue haciendo atribuyéndole una renta. La cobertura de atención a largo plazo es una necesidad y toma la forma de anualidades, pero esta forma puede no ser necesariamente la correcta. En su lugar, nuestro objetivo es crear servicios. Una de las soluciones son las cooperativas sociales, un camino que abre también horizontes de carácter laboral”, apunta Corbello.

La comparación puede parecer desafortunada, pero la solución para el futuro, dice Corbello, podría ser hacer que los cuidados a largo plazo sean obligatorios para todos, como el seguro de responsabilidad civil de automóviles.

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