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Assolombarda, realizado sobre representación y relaciones sindicales

Libro Blanco sobre relaciones laborales de la asociación territorial más importante de Confindustria con el objetivo de dar vida a una nueva temporada de representación - La forma obligatoria de fortalecer la negociación de empresa - La modificación del art. 39 de la Constitución

Assolombarda, realizado sobre representación y relaciones sindicales

Assolombarda, la asociación territorial más importante de Confindustria, publicó el mes pasado un "Libro Blanco sobre el futuro de las relaciones laborales ante las grandes transformaciones de la economía real con el objetivo declarado de "volver a producir pensamiento". La iniciativa, que como la de Federmeccanica se sitúa en la estela del "cambio", parte de las mismas premisas pero tiene un carácter más pragmático, y llega a sugerir por primera vez una modificación del artículo 39 de la Constitución.

El documento se redactó cuando el desenlace de la crisis del gobierno con mayoría 5Stelle-Lega no era razonablemente previsible. Al fin y al cabo, Assolombarda reivindica la "responsabilidad de no seguir el consenso sino de proponer lo que el país necesita". Las indicaciones de orden general (defensa de la Ley Fornero, crecimiento del empleo y rentas de no ciudadanos, reducción de la cuña fiscal y del impuesto no fijo, políticas laborales activas con fuerte coordinación nacional pero “subsidiarias y cediendo a soluciones regionales más eficaces” ) son muy claros y bastante alejados de las orientaciones iniciales de la nueva mayoría.

La premisa de la que parte el documento es que la globalización ha entrado en una nueva fase en la que el Internet de las Cosas y el big data permiten integrar sistemas físicos distantes y gobernarlos a través de una cadena de proveedores completamente digitalizada. Al mismo tiempo, se subraya que las nuevas técnicas producen un fuerte potencial de desintermediación de las relaciones sociales y los canales tradicionales de representación que corren el riesgo de perder su capacidad de ser protagonistas del cambio. Nace una nueva centralidad del territorio, donde los protagonistas deben asumir el papel de coordinación, valorización y sistematización de los recursos, ya sean humanos, financieros, tecnológicos e infraestructurales.

El diálogo también está abierto con las instituciones, particularmente en el frente de formación escolar donde el fortalecimiento de la docencia científica, profesional e investigativa se asocia a la alternancia escuela-trabajo, al relanzamiento de los aprendizajes duales y a un gran proyecto de alfabetización de trabajadores digitales.

Dar vida a una nueva temporada de representación requiere, para Assolombarda, no solo de un amplio consenso sino también de la capacidad de comprender la dinámica del cambio. La estrategia de fortalecer y difundir la negociación de segundo nivel, aún escasamente practicada, es un camino obligado que permite comprender mejor las dinámicas específicas de la empresa y requiere "una regulación que no sea perjudicialmente hostil a la empresa", para desarrollar relaciones entre "generando valor en términos de productividad, competitividad y bienestar de los trabajadores”.

El tono, que expresa una fuerte determinación de hacer cambios importantes, no es el de una declaración de guerra sino el de un fuerte desafío cultural y político a las instituciones y al sindicato. Para Assolombarda, no basta con un cambio claro en el centro de la negociación a nivel de empresa, también es necesario ajustar los contenidos. 

La referencia a la necesidad de un cambio radical, a partir de los actuales sistemas de clasificación y clasificación de personal, sugiere la idea de una transformación profunda del contrato de trabajo tradicional en la dirección de una creciente “personalización”.

Una sorpresa se refiere al tema de la representación. Dado el respaldo a los recientes convenios entre Confindustria y CGIL-CISL-UIL, por primera vez, la voluntad de reformar el artículo 39 de la Constitución para "permitir al Gobierno, con los Decretos adoptados en virtud del artículo 76 de la Constitución misma, sin ir en el mérito de las opciones organizativas y asociativas de representación, atribuir a los convenios y convenios colectivos estipulados por las asociaciones empresariales y sindicatos más representativos a nivel nacional, efectividad obligatoria para todos los trabajadores a que se refieren los convenios. Para evitar la acusación de autorreferencialidad, se señala al renovado CNEL como un órgano institucional apto para señalar los "temas más representativos a nivel nacional".

La propuesta pretende "eludir" la sentencia de inconstitucionalidad que siempre ha aplastado los intentos de eludir el cumplimiento del artículo 39 con una ley ordinaria que exige, entre otras cosas, el voto favorable de la mayoría de los sindicalistas. En este tema el “libro blanco” tiene un corte apresurado y burocrático, diferente al carácter analítico-propositivo del documento global. Sin embargo, sigue siendo difícil encontrar una solución adecuada a la cuestión de la representación efectiva si no se garantiza el principio, también afirmado en recientes acuerdos interconfederales, de que solo la mayoría comprobada de los trabajadores y empresas involucradas pueden legitimar los acuerdos como fuente de producción legal. Por lo demás, Assolombarda no ofrece elementos de reflexión ni sobre las modalidades de ejercicio del derecho de huelga en los servicios públicos (artículo 40) ni sobre las modalidades de “colaboración en la gestión empresarial (artículo 46).

Si los contenidos del "libro blanco" se traducen en actitudes concretas, es de esperar una fase de confrontación muy exigente, tanto con el sindicato como con el nuevo gobierno. Se dice que esto no necesariamente se manifiesta en formas conflictivas pero, si los empresarios mantienen "la línea", los debates y negociaciones serán muy interesantes.

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