comparte

Argentina a votar: los peronistas están de vuelta en una Sudamérica en llamas

En Buenos Aires, todos los pronósticos apuntan a la derrota del presidente saliente Macri y la victoria de la pareja peronista Fernández-Kirchner para el domingo: ¿qué hará el nuevo gobierno?

Argentina a votar: los peronistas están de vuelta en una Sudamérica en llamas

El domingo 27 de octubre Argentina vuelve a las urnas tras el cuatrienio en la Casa Rosada de Mauricio Macri, cuya presidencia -que iba a ser el punto de inflexión tras años de crisis y kirchnerismo- fue nada menos que un fracaso. El exponente del libre mercado lega un país que efectivamente se ha abierto al capital internacional, sin por ello afectar el crecimiento económico y el nivel de vida de los argentinos.

De hecho, este año el PBI disminuirá según estimaciones del 3%, la inflación (cuyo abatimiento fue uno de los caballos electorales de Macri) ha vuelto a niveles alarmantes, muy por encima del 50%, y las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza han alcanzado un máximo histórico del 35% de la población.

Por eso es prácticamente seguro (las encuestas llegan a calcular una brecha de 20 puntos porcentuales) que el ganador sera el billete Fernandez-Fernandez: ese es Alberto Fernández, ex delfín de Cristina Kirchner, como presidente, y el ex presidente, todavía muy popular en Argentina (su autobiografía es el libro más vendido del año) como su adjunto.

Una vez archivadas las elecciones, el problema será entender en qué condiciones se iniciará este nuevo rumbo peronista, que ya no tiene a la cabeza a la inescrupulosa esposa del expresidente Néstor Kirchner sino a la más moderada -y precisamente por eso no mal recibida en la escena internacional-. mercados – Alberto Fernández. Sobre todo, hay necesidad de renegociar el monstruoso préstamo de 56 mil millones obtenidos del FMI y que Buenos Aires ha dilapidado, llegando en los últimos meses a un paso de un nuevo valor predeterminado, tras el dramático corralito de principios de los 2000.

De primordial importancia será primero comprender el alcance de la victoria de frente a todos: si Alberto Fernández llegara al 45% de las preferencias -o incluso al 40% distanciándose al menos 10 puntos del segundo candidato, hipótesis que parece probable- podría ser elegido en primera vuelta sin necesidad de acudir a la papeleta. La fuerza de la mayoría con la que podrá contar el nuevo presidente (y que se traducirá en fuerza contractual con el FMI) dependerá naturalmente también de los resultados de las votaciones en las provincias argentinas.

Mientras tanto, el nuevo presidente in pectore ha asegurado que su fórmula de gobierno será pluralista, fundada en la colaboración entre los diversos componentes de la mayoría y del movimiento y menos volcada a converger en la figura de un líder carismático, con clara referencia al pasado del kirchnerismo encarnado por su número dos.

Para Macri, la debacle que llega a las urnas podría traducirse no solo en una batalla perdida sino al final de su experiencia política, que el exgobernador de Buenos Aires y patrón de Boca Juniors, el club de fútbol más popular de Argentina, había iniciado en medio de gran entusiasmo y reconocimiento.

Macri lega un acuerdo con el FMI para un préstamo de 56 millones de dólares, de los cuales cerca del 78% ya está otorgado. Este mes el Washington Fund debió desembolsar otros 5,4 millones a favor del país sudamericano, completando así el pago del 88% del préstamo total otorgado en Buenos Aires en tres años, pero los representantes del organismo internacional descartaron más donaciones antes de que asuma el nuevo gobierno.

Naturalmente, los pagos posteriores se otorgarán si el equipo técnico del FMI tiene garantías sobre las condiciones de los acuerdos ya hechos con el gobierno de Macri. El préstamo concedido según el plan trienal de atenerse a convierte a Argentina hasta la fecha en el principal deudor del organismo internacional.

¿Cómo se moverá el nuevo gobierno? ¿Cómo hará frente a los reembolsos de los préstamos y las tasas de interés sin ceder a las temidas pero quizás necesarias políticas de austeridad e impuestos más altos? Es evidente que Fernández nunca puede volver, porque ya se ha cobrado casi todo el dinero y necesariamente habrá que dar garantías para asegurar los pagos posteriores.

El camino obligado, como muchos habían previsto, es pues el de una reestructuración de la deuda y una revisión de los vencimientos: los acuerdos con el FMI prevén actualmente una devolución del préstamo que debería comenzar en 2021 y finalizar en 2024. Según los acuerdos y el plan de pago establecido Se espera que Argentina enfrente los tramos de pago más difíciles en 2022, cuando deberá devolver al FMI 18.200 millones de dólares y en 2023 con 22.600 millones. 

Sin embargo, Buenos Aires no es la única situación candente dentro del continente sudamericano, incendiada en las últimas semanas por varios focos de tensión. Primero fue el levantamiento en Ecuador, luego el que exploto de repente en chile, cuya economía aparentemente sigue en auge pero que ahora está al borde de la guerra civil por el aumento del costo de vida y la violenta represión del ejército, que recuerda la pesadilla de la feroz dictadura de Pinochet.

En Perú varios casos de corrupción han llevado a la disolución de las Cámaras y pronto volveremos a votar, hablando de elecciones, el mismo día votamos en Argentina El vecino y más pacífico Uruguay también va a las urnas, una isla feliz donde el candidato del partido del expresidente Pepe Mujica, en el gobierno desde 2005, debería ganar cómodamente.

In Bolivia en cambio votamos por la primera vuelta hace una semana y la victoria de Evo Morales (quien se postula por cuarto mandato consecutivo, desafiando las reglas constitucionales) es cuestionada por la oposición y por gran parte de la población, que está tomando la calles acusando al líder andino de fraude.

Revisión