Fuentes del Wall Street Journal informan que los resultados de las investigaciones que la Unión Europea ha llevado a cabo sobre las multinacionales que operan en algunos estados europeos con los que ha llegado a acuerdos están a pocas horas de distancia. Entre estos, el pacto firmado por el gobierno irlandés y Apple es el que más despertó las sospechas de las autoridades europeas. Entre los sospechosos también aparecen Starbucks -del que se sabe muy poco- y los acuerdos entre Luxemburgo y Fiat Finance Trade.
El objeto de estas investigaciones es evaluar la ilegalidad o no de los acuerdos fiscales entre algunas multinacionales y los estados en los que operan. Con respecto al caso de Apple, un portavoz del gobierno irlandés dijo: “Confiamos en que no hay infracción en este caso. […] Irlanda ya ha presentado una respuesta formal al comité, abordando las preocupaciones y malentendidos en detalle.'
La redada europea va de la mano con los llamados estadounidenses a un nuevo "patriotismo económico", como lo llamó Barack Obama. El Departamento del Tesoro ha hecho saber, en efecto, que está casi listo un plan para desalentar la salida al exterior de las grandes empresas estadounidenses. Estas, mediante operaciones denominadas inversiones, adquieren sociedades extranjeras para poder trasladar su sede fiscal a ese Estado, aprovechando una legislación favorable en comparación con la de EEUU.
Por ahora, sin embargo, esos estadounidenses son solo palabras y el problema de los 13 acuerdos firmados en dos años por un valor total de 178 mil millones de dólares y la pérdida de ingresos fiscales de 20 mil millones de dólares sigue sin resolverse. El Congreso está a la espera, sin tomar medidas al respecto, con el riesgo de prolongar el problema al menos hasta las elecciones intermedias.
