La protección de la salud y la seguridad de nuestros empleados es lo primero. Por ello, el Grupo Albini ha decidido cerrar sus fábricas diez días antes del cierre impuesto por el decreto. Les recuerdo que nuestra oficina principal, donde trabajan más de 700 empleados de un total de 1400, es a pocos kilómetros de Nembro y Alzano Lombardo, zonas que han pagado un precio muy alto al Covid y nuestra realidad empresarial se radicaliza fuertemente en esta zona que nos acoge desde hace 144 años.
Salimos -después del cierre- el 4 de mayo. con un 30% de empleados en absoluto cumplimiento de las nuevas normas, favoreciendo el teletrabajo siempre que sea posible y por tanto para todas las oficinas y garantizando el espacio y el distanciamiento social en los departamentos de producción. Sin embargo, debo decir que incluso antes de la pandemia, el distanciamiento social ya estaba en práctica.
A pesar de la difícil situación de todo el sector, el Grupo Albini puede mirar al futuro con moderado optimismo apoyándose sobre todo en los resultados de las inversiones realizadas en los últimos años, como el control directo de toda la cadena productiva, condición básica para la sostenibilidad real de todo el ciclo productivo.
Precisamente la innovación y la investigación son la base de todas nuestras propuestas desde hace años. Recuerdo que durante un año Albini Next fue inaugurado, un Think Tank creado para impulsar el cambio en la industria textil, basado en la evolución del saber hacer y en alianzas industriales y académicas.
Uno de los últimos resultados de la actividad investigadora es ViroFórmula, un tejido que se obtiene mediante una combinación de elementos a base de plata que genera un efecto antiviral y antibacteriano y que pueden ser utilizados para la elaboración de máscaras, batas, camisas, chaquetas, pantalones y cualquier otro tipo de prenda.
Lo que nos tranquiliza es que los productos que diseñamos, concebimos y fabricamos, los socios que seleccionamos y nuestra forma de trabajar garantía de excelencia absolutaentendida como una cultura empresarial que se transmite y evoluciona de generación en generación. Calidad, servicio, confiabilidad y sustentabilidad son la forma de poder competir en mercados globales cada vez más competitivos.
En general, sin embargo, el destino de la cadena textil-moda es difícil de predecir. Habrá que conocer la reacción de los mercados ante la pandemia y ante las posteriores reaperturas. Nosotros exportamos el 70% del producto a 80 países en el mundo, una estrategia de diversificación de riesgos que requirió mucho trabajo e importantes inversiones que nos deben proteger de las crisis de países individuales pero el problema es que con el Coronavirus el mundo entero, más o menos, se ha parado. Habrá que esperar a la reapertura de las tiendas y la recuperación del turismo internacional -que es uno de los elementos motores del lujo- para expresar valoraciones más precisas y previsiones más fiables.
¿Quién en este momento es capaz de predecir cómo será la recuperación del consumo? ¿Quién puede comentar sobre el desempeño de mercados fundamentales como Estados Unidos y Asia?
