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ABìCinema: Y como efectos en la gran pantalla

¿Qué sería del cine sin más o menos efectos especiales? Probablemente no mucho: sería solo un collage de secuencias de video pegadas, las llamadas "in desapego", desprovistas de cualquier manipulación dentro de la película y cualquier otra intervención necesaria para manipular el objeto o la secuencia de disparo.

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E: cine con efectos

La definición más compartida de efectos especiales la proporcionó el ganador de dos Premios de la Academia. Eustaquio Lycett: es “cualquier técnica o truco que se utiliza para crear una ilusión de realidad en una situación en la que no es posible, económico o seguro utilizar la cosa real”.

También llamados "trucos", se utilizaron por primera vez en Francia en 1895 cuando, para simular una decapitación, se interrumpió el rodaje y, mientras tanto, se sustituyó a la actriz por un maniquí. Desde entonces ya lo largo de la época del blanco y negro se inventaron innumerables efectos especiales para dinamizar la película: al principio eran simples artificios escénicos, obtenidos moviendo la cámara desde diferentes ángulos, fondos o partes de la escenografía en movimiento; posteriormente se pasó a la manipulación de la película con el uso de máscaras de cartón colocadas para proteger una parte de la misma, luego reemplazadas por portaobjetos ahumados (de esta forma se pudo diferenciar la impresión del acetato y realizar procesos alternos) . El inventor de los efectos especiales en el cine fue el francés Georges Méliès, de la que se recuerda al famoso Viaje a la luna, de 1902, la primera película de gran éxito internacional que entra de lleno en la iconografía del cine (de para revisar)

Las obras maestras de esos años, realizadas con diferentes técnicas (desde el dibujo hasta el uso de ópticas particulares en los lentes de las cámaras o sofisticados equipos de filmación) para recordar son - en nuestra opinión - absolutamente Metrópoli por Fritz Lang de 1927 y king Kong de 1933 por Merian Cooper. También en esos años, merecen ser recordadas las películas de Buster Keaton, quien hizo un amplio uso de los efectos especiales.

Con la introducción del color y el avance de la tecnología en todos los sectores productivos, los efectos especiales marcaron profundamente el desarrollo del cine contemporáneo. Los hitos de ese período de finales de los años 50 están representados por El planeta prohibido de 1956 (la inolvidable imagen del robot) y Los 10 Mandamientos de 1956 (la grandiosa escena de la partición de las aguas del Mar Rojo). A partir de ese momento entramos en la era moderna que comienza oficialmente en 1968 con 2001: una odisea del espacio dirigida por Stanley Kubrick. Inmediatamente después comenzará la revolución copernicana de los efectos especiales con la introducción del rodaje en tecnología digital, donde todos los trucos ópticos y mecánicos utilizados anteriormente se sustituyen por completo por la creación de imágenes obtenidas mediante el uso del ordenador (CGI: computer-generated imagery ). Esta innovación anunció una nueva era del cine con películas que hicieron historia. Mencionamos algunos: Blade Runner de 1982 de Ridley Scxott, luego toda la saga Star Wars, la serie Jurassik Park de Steven Spielberg, la mítica Matrix de los hermanos Wachowsky.
Finalmente, es necesario recordar los efectos de sonido que, aunque menos llamativos, suelen contribuir de forma decisiva a la realización de una película: son todo aquello que no forma parte de los diálogos o de la banda sonora. De considerable interés es la lectura de un profesional de este sector: http://www.mirkoperri.com/?p=386 donde se comprende bien la función fundamental que incluso los efectos sonoros pueden tener en la gramática cinematográfica.

Eisenstein Serguéi Mijáilovich es el cine A él le debemos los fundamentos de la edición y la estética de las imágenes. Con él se formaliza el uso del primer plano, destinado a potenciar el dramatismo de la imagen: El acorazado Potemkin de 1926, aunque fuertemente inspirada en los valores de la propaganda política, sigue siendo el pilar de la gran pantalla (la escena de la silla de ruedas rodando por las escaleras es fundamental). Del montaje, en particular, se convierte en el primer teórico absoluto con la primera conceptualización del llamado "montaje de atracciones" donde las imágenes fluyen de manera a menudo no secuencial, con el objetivo de dejar al espectador con la tarea de recomponerlas y luego dando un significado completo. Ha publicado numerosos textos sobre este tema, entre ellos Montage, General Theory of Montage y Beyond the Frame. Al final de su carrera, también se interesó por la edición de sonido como parte fundamental de la producción cinematográfica. A él le debemos otras películas como Octubre de 1928, Lampi sul Mexico de 1933 y Aleksandr Nevskij de 1938. Esta última película introduce un paso fundamental en las técnicas de filmación: el "plano secuencia" que unos años más tarde será plenamente desarrollado por Orson Welles en Citizen Kane.

 

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