Las plazas ambientales están lejos. Las pancartas y consignas para salvar el planeta no contaminaron Matera 2019 que, a su manera, lanzó contundentes mensajes de sustentabilidad y paz al mundo. Ya acercándose a su conclusión, el evento ha incluido en su programa un paseo por el arte urbano. Ambiente, cultura, decoración en los lugares de las ciudades de Basilicata, un escaparate internacional durante todo un año. En los últimos tiempos se han realizado diversas intervenciones artísticas en la Región y crecido con Matera Capital Europea de la Cultura. Las residencias artísticas, los proyectos comunitarios y el de Capital por un día han atraído a artistas y performers de todo el mundo. Al trabajar y crear, han enviado mensajes a la política, a los gobernantes, a una clase dirigente alejada de las aspiraciones honestas y ecosostenibles de los ciudadanos.
Artistas e intelectuales han sido acogidos como mensajeros de una nueva forma de difundir la creatividad y la conciencia, mientras todo a su alrededor está en declive. Seamos realistas: el año de la Capital de la Cultura fue el año en el que estalló la conciencia por los males del planeta. Matera -a pesar de haber preparado el calendario, las exposiciones, los debates desde hace algún tiempo- ha sabido captar un extraordinario despertar ecologista. Partiendo de los jóvenes, el movimiento mundial ha reunido a padres e hijos bajo una misma bandera. Pero Matera no se molestó. Ha puesto en buen uso la organización, las ambiciones, las tendencias culturales. Por lo que han hecho y dejado atrás, los artistas participantes son hoy el rostro perdurable de una experiencia que jamás será olvidada. Por ello, también comienzan a hacerse los primeros balances de un año maravilloso iniciado por el Presidente de la República Sergio Mattarella.
Que el arte y la inspiración están contaminados por los impulsos de los pueblos es una verdad histórica. Cuando llegamos aquí hace un año, no era obvio que la contaminación, en pocas palabras, se manifestaría por completo. Una apuesta y una esperanza bajo los ojos del mundo. Los impulsos lucanos se referían sobre todo a los aspectos urbanos y paisajísticos, ricos en historia pero desertificados por las migraciones, los abandonos, las lesiones sociales. En lugar Matera ha adquirido una nueva identidad gracias al trabajo de personajes como Momo, Jorit, Mister Thoms, Giorgio Bartocci. Han pintado, pero su arte se ha mezclado con las alegrías y amarguras de los habitantes de los barrios, una luz nueva y desconocida se expandió sobre raíces robustas, orgullosas y solidarias, mortificadas por la antigua supremacía odiosa de clases nunca satisfechas por el poder. La fundación Matera 2019 junto con la Galería Momart ha creado muy bien un mapa de estos lugares, los ha trazado en un mapa, marcado como un itinerario de memoria. Auténticos proyectos de arte urbano también fuera de Matera, para captar visitantes (quizás sobre todo) cuando caiga el telón de Matera 2019. Un pesado y valioso legado para quienes tendrán que comportarse como si 2019 nunca hubiera terminado. Saber aprovechar cada oportunidad para traer de vuelta las mejores energías a este Sur profundo para ayudarlo a recuperarse. Los espacios están ahí, han sido creados.
En el Parque Juan Pablo II, Giorgio Bartocci ha remodelado los escalones de la pista de patinaje. En el distrito de Agna se encuentran las obras de Salvo Ligama y los jóvenes artistas lucanos Luca Bia y Francesco Tonno Cortese. En el edificio de la escuela permanece la obra de Jorit Agoch, promovida por el Centro Carlo Levi. Más adelante está la Piazza degli Olmi, remodelada de forma participativa por Mister Thoms y Nico Skolp. Lugares y rincones seductores, hoy ciertamente más disfrutables por la confluencia en un solo proyecto de una idea de futuro donde el arte, el hombre y el paisaje se han encontrado sin contrastes. El resto está por experimentar.
