comparte

8 de marzo, un paro que arruina la fiesta: es hora de que la política despierte

La huelga general del transporte, proclamada aventureramente por los sindicatos independientes, golpea una vez más -aunque sólo sea con el efecto de anunciar- al sector más débil de la población. La política ya no puede escapar de sus responsabilidades pero los programas del nuevo gobierno recordarán finalmente aplicar la Constitución en materia de trabajo?

8 de marzo, un paro que arruina la fiesta: es hora de que la política despierte

¿Será hoy 8 de marzo, Día de la Mujer, un “Jueves Negro” para el transporte? Es posible pero improbable, esperemos que no. Sin embargo, nos encontramos ante un episodio que sería un error subestimar, como es la proclamación de una Huelga general de 24 horas convocada por USB, a la que en el sector ferroviario se han sumado otros sindicatos de base como USI, Cobas y Cub.

El intento de involucrar a los taxistas también fracasó. La motivación de la huelga, “porque la luchar contra toda discriminación de género y todas las formas de violencia masculina contra la mujer es una parte sustancial de la lucha general de nuestro sindicato” es ciertamente una buena causa, es muy dudoso que la herramienta escogida sea efectiva.

Anunciamos el cumplimiento de las bandas de garantía horaria mientras, como casi siempre sucede, el Frecce de Trenitalia circulará con normalidad. Para las aeronaves, la lista de vuelos cancelados estará disponible en el sitio web Enac.gov.it. Es la confirmación, si alguna vez hubo necesidad, de que estas huelgas golpean al sector más débil de la población que ayer fue informado en términos perentorios por los medios de comunicación dando por hecho (o casi) el bloqueo del servicio.

ahora se sabe “efecto publicitario” que causa serios inconvenientes aunque no haya huelga. A estos hechos, que se repiten sistemáticamente, le corresponde el silencio ensordecedor de las propuestas (o al menos de las reflexiones) sobre los métodos y la titularidad de las huelgas en los servicios públicos esenciales por parte de las fuerzas políticas en la reciente campaña electoral. Ciertamente las Prefecturas podrían preceptuar, pero es justo que la política huye de sus responsabilidades (quizás suponiendo que no pasará nada) sobre los acontecimientos que afectan a las condiciones de vida de los ciudadanos más débiles? Sería interesante saber, cuándo y si se discuten los programas de gobierno, quiénes recordarán la aplicación de las disposiciones constitucionales en materia laboral y avanzarán en la implementación de los artículos 39, 40 y 46 de la Constitución.

Revisión