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Tremonti, un proyecto de ley dispuesto a recortar los costes de la política

El Corriere della Sera ha publicado en exclusiva un proyecto de ley de Tremonti para reducir los gastos políticos en siete puntos. Se habla de carros y aviones azules, sueldos, rentas vitalicias, financiación de fiestas e instituciones.

Tremonti, un proyecto de ley dispuesto a recortar los costes de la política

“Es necesario recortar los costos de la política” es ahora una frase que efectivamente ha entrado en el lenguaje de la clase dominante. Escuchada, en orden aleatorio y con poca convicción, por exponentes de todo el arco constitucional, la frase se ha convertido, en tiempos de crisis, en un leitmotiv y, como suele suceder con todas las consignas que salen a la luz en la política italiana, furiosa por al ser repetido, ha perdido toda credibilidad y se ha vaciado por completo de su significado. ¿Quizás ha llegado el momento adecuado? El Corriere della Sera ha publicado en exclusiva un proyecto de ley del ministro Tremonti, que tiene precisamente por objeto reducir los costes del proceso de toma de decisiones.

Siete puntos simples, casi obvios en su sencillez que, si bien no son suficientes para curar todos los males de la economía italiana, al menos servirían para dar una señal deseada y esperada por muchos. Establecer como tope para los salarios de los cargos públicos (con excepción del Presidente de la República) el promedio para cargos similares en la Eurozona relevados estadísticamente, autos azules con cilindrada que no supere los 1600cc, aviones “azules” solo para 4 top state cargos, unificación por ley de elecciones políticas o administrativas y referéndums. Otros puntos prevén también el recorte de la financiación de los partidos, la reducción de la dotación de las instituciones, la supresión de las prestaciones, rentas vitalicias y privilegios tras el cese de los cargos públicos. El gobierno, acorralado, trata de salir de la esquina intentando dar contenido a los mensajes de humo con los que los partidos mayoritarios y opositores se han dirigido al país en los últimos años. Solo el futuro revelará si finalmente ha comenzado la era de la concreción o si este proyecto de ley quedará en letra muerta.

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