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Supercopa, Juventus gana en medio de polémica: primer trofeo de la temporada, pese al grano de Conte

Gran partido en Pekín entre Juventus y Napoli: los napolitanos dominaron durante más de una hora y se adelantaron con Cavani y un golazo de Pandev - Luego, un error de Fernández permitió a los bianconeri igualar de penalti antes de que el partido degenerara, con cierta responsabilidad del árbitro – Napoli con un poco de espíritu "olímpico" también abandona la ceremonia de premiación.

Supercopa, Juventus gana en medio de polémica: primer trofeo de la temporada, pese al grano de Conte

Goles, golpes y muchas, muchas polémicas. La temporada 2012/13 del fútbol italiano comienza como terminó, con los árbitros en el ojo de la tormenta. La elección del Napoli de no participar en la entrega de premios final es emblemática, un gesto antideportivo e incomprensible, sobre todo si se tiene en cuenta que los partidos acaban de empezar. Una señal que lejos de ser alentadora, es otra mala impresión de nuestro fútbol, ​​que también ha sido retransmitido a nivel mundial. Mejor hablar del juego, un espectáculo de mucho más nivel (¡por suerte!) que los excesos de los entrenadores napolitanos. El Napoli lo jugó a la perfección durante toda la primera parte, dejando que la Juve se desahogara (20 minutos de gran intensidad) y luego golpeando su punto débil: la defensa alta. Conte tendrá que trabajar mucho en este aspecto, porque los dos goles de los azzurri, aunque muy bonitos, provienen de evidentes errores blanquinegros. Primero Lucio (aquí vamos de nuevo…) entra tarde dejando a Cavani una pradera: el Matador es detenido por Buffon, luego ajusta el balón a su derecha y marca el gol que desbloquea el partido.

La Juve se volcó en el centro del campo del Napoli, pero la presión era estéril y para ganar a De Sanctis necesitábamos la magia de Asamoah, capaz de golpear el balón con una espléndida volea de zurda. El Napoli no se desmorona, también porque el error de la Juventus siempre está al acecho. Y así Pandev aprovechó la indecisión de Bonucci para presentarse solo frente a Buffon; el espejo está cerrado, para encontrar la apertura hace falta un golpe de genio. El macedonio "cuchara" con la zurda, el gol es una obra maestra. En la segunda parte Conte (o Carrera, según se mire) deja en el vestuario a la desorientada Matri para meter a Vucinic: es la jugada que parte el partido. El montenegrino estuvo cerca del empate con un gran zurdazo que De Sanctis mandó por encima del larguero, ya los minutos regateó al portero, pero su remate lo tapó Cannavaro. El guión es el de la primera parte: juega la Juve, el Napoli reinicia y casi encuentra el gol para el 3-1, pero esta vez Cavani es demasiado egoísta y prefiere rematar (mal) antes que servir a Hamsik en el centro del área .

Pasan los minutos, el partido se pone nervioso. Los jugadores azzurri, en su mayoría colocados frente a la defensa, pegaban fuerte y Mazzoleni comenzaba a sacar tarjetas amarillas en serie. El episodio que desata la pelea, sin embargo, llega en el minuto 72: Fernández derriba a Vucinic en el área, para el árbitro es penalti. Decisión compartible pero no para el Napoli y para Mazzarri, que irónicamente observa que el balón pateado por Vidal acaba en la red. En los siguientes 18 minutos, todo sucede: Pandev dice algo (su labio es indescifrable) a la asistente Stefani, Mazzoleni saca la luz roja directa. Luego, a 2 segundos del final del tiempo añadido (!), Zúñiga entra con fuerza a Giovinco, compensando la segunda tarjeta amarilla que le costó la expulsión (la primera tarjeta amarilla, sin embargo, necesita ser revisada, muy cuestionable). Napoli es 9, Mazzarri no está y grita en el banquillo: el árbitro también lo expulsa. Con este espíritu vamos a la prórroga, con la Juve ahora decididamente favorita. El gol que decide el partido llega en el minuto 97, "gracias" a Maggio que casualmente desvía el balón hacia su portería. Napoli intenta reaccionar, pero no le queda y en el minuto 102 sufre el golpe del nocaut. Espléndida la asistencia voladora de Marchisio que desmarca a Vucinic cara a cara con De Sanctis: para el montenegrino marcar es un juego de niños. Así acaba con la Juve celebrando el trofeo levantado al cielo por el capitán Buffon y el Nápoles echando espumarajos de rabia en el vestuario. Pasan los años, cambian los escenarios, pero el fútbol italiano sigue siendo el mismo. Para bien y, sobre todo, para mal.

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