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Supercopa, hoy gran fútbol en Pekín por el primer trofeo y el primer derbi entre Milan e Inter

de Aldo Bernacchi – Hoy en el estadio chino Nido di Uccello, un desafío fascinante aunque prematuro entre los rossoneri y los nerazzurri por el primer superderby y ganar el primer trofeo de la temporada – La cábala asigna los desvalidos a la afición del Milán – El partido vivirá del enfrentamiento directo entre dos grandes delanteros como Eto'o e Ibrahimovic

Supercopa, hoy gran fútbol en Pekín por el primer trofeo y el primer derbi entre Milan e Inter

El primer derbi chino entre el Milan, campeón italiano, y el Inter, campeón de la Copa de Italia, se retransmite en el Nido de Pájaro de Pekín, a seis horas del San Siro y el Modonnina. Está en juego la Supercopa de Italia, que ya ha visto triunfar diez veces a los dos equipos milaneses, con cinco victorias cada uno. Ningún otro club nacional lo ha hecho mejor. Ya la edición de 2010 ganada por el Inter ante la Roma debería haberse jugado en Pekín, en base a los acuerdos entre nuestra Liga y las autoridades chinas, pero la cercanía de fechas con la Supercopa de Europa entre los nerazzurri y los colchoneros del Atlético de Madrid, había aconsejó a todos trasladar la reunión al Meazza. En su momento, la Gazzetta celebró la victoria del Inter con un efectivo titular: "Interminable". Tras el histórico triplete, el equipo de Moratti logró su cuarto éxito de una temporada memorable. Pero a la semana, la última de agosto, primero la derrota en Mónaco ante el Atlético de Madrid, luego la llegada como un rayo de Ibrahimovic (y Robinho) al Milán, dejó claro que el aire estaba cambiando. Y así, después de años en los que siempre había sido el equipo a batir, el Inter se vio arrebatado de este protagonismo al Milan de Max Allegri, que salta hoy al campo en Pekín bajo las adversidades. La cábala también juega contra el Inter, dado que en el estadio, que vio las medallas de oro olímpicas de Usain Bolt, los nerazzurri ya perdieron la Supercopa de 2 por 1-2009 contra la Lazio, era el Inter de Mourinho el que ganaría esta temporada el All. Mou lleva fuera poco más de un año, quince meses en los que el Inter pudo contar con tres entrenadores: el primero, Benítez, inmediatamente aplastado por un entorno que no lo toleraba; el segundo, Leonardo, atraído por el dinero parisino de Sheikh Al Thani; llega el tercer Gasperini para probar su 3-4-3 aplicado al Génova, en el que Sneijder de repente parece convertirse en un lastre si no se adapta a ser un centrocampista clásico. Y para el holandés, el partido ante el Milan podría ser su último partido con los nerazzurri. El Manchester United lo persigue desde hace tiempo, el City también lo busca. En un fútbol que ahora vale millones como si fueran cacahuetes, la venta de Wesley podría aportar entre 30 y 35 millones de euros a las arcas del Inter. No importa que 10 mil millones de liras antiguas bailen entre las figuras. Dinero que luego se usaría para comprar a Tevez. El Inter es una obra abierta con ideas un tanto confusas. Nadie es intransferible. Ni siquiera Eto'o. Los fanáticos horrorizados ante la perspectiva. Es cierto que el traspaso de Ibra al Barcelona resultó ser una operación ingeniosa, trayendo a cambio el propio Eto'o y una plusvalía riquísima. Pero 12 meses después la afición nerazzurra vio llegar a Ibra al Milan y ahora temen que pase lo mismo con el ex Balotelli. Con estos ánimos en claroscuro y demasiadas polémicas, sin Maicon, Lucio y los argentinos en la Copa América a excepción de Zanetti, el Inter se enfrenta a un Milan que tendrá la mejor formación, fuerte en los brasileños Pato, Robinho y Thiago Silva -que por una vez se irá de vacaciones el XNUMX de agosto como los trabajadores de Fiat-, pero sobre todo de un Ibrahimovic que, con un nuevo look de pelo, ya parece estar en plena forma. Él, que siempre ha ganado el Scudetto en todos los equipos a los que ha ido, y Eto'o, ganador de tres Champions League, son el gran atractivo para un público, el chino, que se llenará sin demasiadas sutilezas técnicas. y valor competitivo de un partido disputado a principios de agosto, al calor de Pekín, tras menos de un mes de preparación. Y con una campaña de fichajes que prácticamente no ha despegado todavía, menos en el Inter, pero también en el Milán donde, a la espera de Mister X, monta el eslogan de Cassano. Pero un derbi siempre es un derbi. E Inter y Milan son lo mejor que puede ofrecer hoy el fútbol italiano, un fútbol que sufre, por la ausencia de jeques y las disputas seculares por los estadios alquilados, obsoletos también, reducidos según Adriano Galliani de un restaurante de lujo a una "pizzería". por la crisis que lo afecta, espejo de un país sin crecimiento en medio de una tormenta financiera sin precedentes desde la euro. La repentina eliminación de Palermo en la Europa League por parte de los semiaficionados de Thun es emblemática y vergonzosa. Pero leer los anales de la Supercopa de Italia fuera de casa nos dice que el mundo entero está cambiando rápidamente para peor, no solo Italia. En 2002 se jugó en Trípoli. La Juventus venció al Parma.

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