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Sindicatos, baja la afiliación: en Europa la media baja al 23%

El mapa laboral del libro "Sindicatos en Transición" de Jelle Visser: las tasas de afiliación sindical varían mucho de un país a otro, pero están disminuyendo en todas partes, incluso si en Europa la disminución de la afiliación se está desacelerando.

Sindicatos, baja la afiliación: en Europa la media baja al 23%

“Trade unions in Transition” es un estudio escrito por Jelle Visser de la Universidad de Amsterdam, publicado el pasado otoño por laOrganización Internacional del Trabajo (Petróleo, establecido en 1919 ahora una agencia de la ONU a la que se adhieren los gobiernos e interlocutores sociales de 187 países). Es un documento muy interesante tanto por el horizonte de experiencias sobre el que se extiende, por la exhaustividad del tema y finalmente por la visión de posibles escenarios futuros. Cuando se trata de un material tan vasto dentro de los límites de un artículo, es más útil y adecuado no perderse en un intento de síntesis, sino tratar temas específicos. Por lo tanto, abordaré en este trabajo una cuestión básica para una organización sindical; tasa de sindicalización en relación con los contextos políticos, económicos, sociales y laborales en los que un sindicato juega su papel esencial para la protección de los trabajadores y la solidez del orden democrático de una nación. En este sentido, el Petróleo proporciona datos esenciales (aunque, comprensiblemente, en forma de estimaciones).

La Organización Internacional del Trabajo estima que la población mundial ocupada de 15 años o más tres mil millones. De estos, casi dos mil millones, o el 61,2 por ciento, trabajan en la economía informal, en su mayoría en negocios informales o como trabajadores por cuenta propia, o son trabajadores irregulares o precarios en el sector formal. Según el Petróleo, hay 192 millones de personas en el mundo desempleadas de nuevo como consecuencia de la crisis financiera de 2008. Pero la tasa de desempleo es en realidad mucho más alta, ya que las estadísticas oficiales de desempleo subestiman la prevalencia del desempleo en regiones y países sin un seguro de desempleo adecuado. En la mayoría de las regiones, la tasa de participación en el mercado laboral está de hecho estancada o en declive e no ha vuelto a los niveles registrados antes de 2008. De acuerdo con las tendencias demográficas actuales, 40 millones de personas ingresan al mercado laboral cada año. Las tasas de crecimiento de la población varían mucho según la región, pero para 2030, se prevé que los países del África subsahariana y el sur de Asia alberguen el 38 % de la fuerza laboral mundial, frente al 26 % en 1990. En estas dos regiones se concentra la mayoría de los trabajadores pobres y vulnerables del mundo -según la OIT- la proporción media mundial de trabajadores en condiciones indignas aumentará, a menos que se lleven a cabo en todo el mundo -y sobre todo en estas regiones- avances importantes en la mejora de la calidad del trabajo.

En la actualidad, el sector manufacturero representa el 16 % del empleo total en los países de ingresos medianos altos, el 12 % en los países de ingresos medianos bajos, el 13 % en los países desarrollados y solo el 6 % en los países en desarrollo. Con pocas excepciones, la minería, la explotación de canteras y los servicios públicos representan solo un pequeño porcentaje del empleo total, ya que requieren grandes cantidades de capital. En 2017, el sector servicios empleó a la mayor parte de la fuerza laboral mundial, excepto en los países en desarrollo de bajos ingresos, donde la proporción de empleo en servicios (21 por ciento) es mucho menor que en la agricultura (70 por ciento). En 2017, tres de cada cuatro trabajadores estaban empleados en el sector servicios dentro de los países desarrollados.

En comparación con los tres mil millones de personas empleadas, 516 millones (es decir, 17 por ciento) unirse a un sindicato. Excluidos los sindicatos de China (y los de la Belarús y Cuba), el número total de afiliados sindicales en el mundo es 214 millones y la tasa de afiliación sindical, calcularla sobre 2,2 millones de personas empleadas, se sitúa en aproximadamente 10 ciento. Sin contar los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores en contextos familiares y los empresarios, y por tanto considerando un total de 1,8 millones de empleados (1,1 mil millones excluyendo China, Bielorrusia y Cuba), la tasa de sindicalización mundial es del 27 por ciento (17 por ciento excluyendo China, Bielorrusia y Cuba). Esto significa que alrededor de una de cada diez personas ocupadas y uno de cada seis trabajadores formales se afilian a un sindicato. Las tasas de sindicalización entre los empleados han ido disminuyendo desde 2000, registrándose los mayores descensos en los países desarrollados y los países de ingresos bajos y medianos. En este último caso, el declive se debe, por un lado, a un rápido aumento de puestos de trabajo (India, Indonesia, Camboya, Vietnam), que superó el aumento de la afiliación sindical, mientras que por otro lado a la enorme pérdida de miembros en los antiguos estados comunistas de Asia y Europa del Este. Los sindicatos de países desarrollados perdieron 14 millones de miembros entre 2000 y 2008 y otros 10 millones entre 2008 y 2017. Los sindicatos de otros grupos, aunque seguían en declive en 2008, ganaron alrededor de 11 millones de miembros desde 2008. Como resultado, la cuota de afiliación sindical en países desarrollados cayó al 50 por ciento del total mundial en 2017, frente al 57 por ciento en 2000.

Además de los empleados, demasiados trabajadores por cuenta propia, alrededor de 14,5 millones en total, son miembros del sindicato. Muchos de ellos trabajan en el sector informal o de manera irregular en empresas formales. Se observa una gran brecha en los niveles de sindicalización entre las distintas regiones del mundo. Encontramos los dos opuestos en un lado. Norte de Europa, con altísimos niveles de sindicalización, y por otro los estados árabes del medio orientecon niveles extremadamente bajos. Este escenario cambia cuando se incluyen los trabajadores por cuenta propia, los cuentapropistas y el sector informal. Si es así, las tasas de sindicalización están por debajo del 10 por ciento en siete regiones: los estados árabes del Medio Oriente con su gran número de trabajadores migrantes, África oriental y occidental, América Central y el sur de Asia, sureste y oeste. Cabe señalar que esto es particularmente cierto para el sector informal, especialmente en África, a pesar del reciente crecimiento en la membresía. En Europa, que es una excepción ya que tiene i índices sindicales más altos del mundo, la disminución de la afiliación sindical afectó a todas las regiones europeas, aunque en distintos grados en el norte de Europa. De hecho, la media europea ha bajado del 39 por ciento en 2000 al 23 por ciento en 2017. Sin embargo, esta disminución se ha ralentizado un poco en los últimos años.

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