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Drama de Po Valley: ¿Lega al final de la línea?

Parte de los reembolsos electorales utilizados para las necesidades de la familia Bossi, el tesorero saliente Belsito de gorila a subsecretario - Pero el capo y Padania dicen: quieren pegarle a un pueblo - De fondo el rápido tiza de la derecha populista - Los Maroni Queda el papel que desde hace tiempo denunciaba la degeneración del movimiento.

Drama de Po Valley: ¿Lega al final de la línea?

Sacar conclusiones políticas de lo que parece sobre todo una farsa, un verdadero drama (esta vez del valle del Po y no de Nápoles) no es fácil. Sin embargo, el destino de la Liga, abrumada por el escándalo de la financiación pública, utilizada para beneficios privados, depende de la capacidad o no que el partido tenga para liberarse de lo que no es solo un problema, sino un verdadero peñasco que lastra no solo el futuro, pero también el presente. Esta roca se llama Umberto Bossi. Alguien dice que el Carroccio tendrá que reencontrarse para poder avanzar. Pero para refundarse (si es posible) tendrá que deshacerse de su padre fundador y maestro.

Quien, sin embargo, no tiene ganas de hacerse a un lado. Tanto es así que, tras unas horas de silencio ensordecedor, tras el estallido del escándalo, a Bossi no se le ocurrió nada mejor que decir: “Me pegan porque quieren pegarle a la Liga”. Pero en el fondo? El fundador nada dice sobre el hecho de que el poder judicial afirma que las distracciones de dinero de los reembolsos electroelectrónicos atendieron las necesidades de la familia Bossi. Ni siquiera se molesta en decir que no es verdad. Para él y para Padania estamos ante “un ataque a un pueblo”.

Sin embargo, el panorama que surge tras las órdenes de allanamiento del Poder Judicial es desconcertante. Se habla de dinero destinado a la remodelación de la villa del máximo dirigente en Gemonio, a un lujoso parque automotor, a los gastos electorales y de representación del joven Renzo. Todo bajo la atenta dirección de un tal Belsito, hombre de fulgurante trayectoria: primero portero de disco, luego chofer de la honorable Bondi, y finalmente, llegado a la Liga, subsecretario de la República en el gobierno de Berlusconi.. Y luego se habla de relaciones con gente que huele a 'Ndrangheta, e hipotéticas inversiones en Chipre y Tanzania. Finalmente está el círculo mágico que gira en torno a la familia Bossi, Rosy Mauro quien tenía acceso privilegiado al cajero automático Belsito y quien además es vicepresidenta del Senado. Alguien podría recordar (en otra parte del país) la historia de la familia de Silvio Gava. Pero al menos el hijo del viejo Gava, antes de acceder a cargos públicos, fue profesor universitario de contabilidad estatal (!), Trota parece haber logrado (quizás) arrebatarle un diploma de bachillerato por caminos inciertos.

Tenía razón Leo Longanesi cuando sugirió escribir el lema nacional en nuestra bandera: “Tengo una familia”. Se refería a la bandera italiana, pero la referencia parece haberse hecho a la artificial con el llamado sol de los Alpes. Hasta ahí el ridículo, la farsa, la parodia. El hecho político permanece. La de un partido, ahora de oposición al gobierno de Monti, de vuelta de las posiciones privilegiadas adquiridas durante el período de Berlusconi y que muchos en el Norte veían como un peligroso competidor del PDL en las próximas elecciones locales que se realizarán dentro de un mes.

Pero ahora para quedarse en el campo, para darle, por ejemplo, al perseguido alcalde Tosi (ceñudo al borde de la persecución por parte del patrón y el círculo mágico) la chance de ganar en Verona, la Liga tendrá que liberarse del lastre. , de la mala hierba. El cual, hay poco que hacer, está representado por el cacique y sus familiares. No es una operación fácil que requiere tiempos muy rápidos. Y eso no está necesariamente destinado a tener éxito. A pesar de la buena voluntad de quienes como Roberto Maroni hacía tiempo que hacían sonar las alarmas. Queda el hecho de que el asunto Lega es solo el signo más evidente de la crisis y quizás el epílogo de una derecha populista y demagógica, que en los últimos años no ha estado representada únicamente por el Carroccio.

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