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Reforma electoral, manifiesto-llamamiento de los intelectuales por la representación proporcional: firmado por Sapelli y Vacca

Un llamamiento manifiesto a una nueva ley electoral de tipo proporcional pero con barrera fue lanzado por un grupo de intelectuales con las firmas de Giulio Sapelli y Beppe Vacca

Reforma electoral, manifiesto-llamamiento de los intelectuales por la representación proporcional: firmado por Sapelli y Vacca

Un manifiesto-llamamiento para uno reforma electoral proporcional fue lanzado por el grupo de intelectuales “Verdaderos reformadores“, entre las que se encuentran las firmas de personalidades del calibre de Julio Sapelli e Beppe Vacca. Con los claros de luna internacionales y nacionales que atraviesan estos tiempos, pensar en llegar a una nueva reforma electoral sigue siendo muy difícil; Sin embargo, la desintegración de la falsa bipolaridad, destacada también por los turbulentos acontecimientos de la reelección de Sergio Mattarella en el Quirinale, está allí para demostrar la urgencia de cambiar la ley electoral actual y aprobar una que lo represente mejor la pluralidad de orientaciones presentes en el sistema político y en la sociedad sin, sin embargo, incurrir en una fragmentación excesiva. De ahí la propuesta del manifiesto-llamamiento por una reforma electoral basada en el sistema proporcional con barrera.

Aquí está el texto del manifiesto-llamamiento por una nueva reforma electoral

“La elección del Presidente de la República ha puesto al desnudo un sistema que está lejos de esa bipolaridad que ha sido concebida como una puerta de entrada a nuestra modernidad política. Somos un país fragmentado, que si tiene que dividirse por una falla bipolar acaba cayendo en la trampa de la oposición entre ángeles y demonios, o construye una profunda cesura que impide la legitimación tanto del vencedor como del perdedor.

El futuro ciertamente nada sencillo que deberá afrontar nuestro país, y bastará con tener en cuenta el contexto social y económico así como el escenario internacional, exige la construcción de un sistema de representación que favorezca el reconocimiento mutuo de los componentes que forman el sistema político en su complejidad y la consecuente cohesión del país, aunque en la justa dialéctica, empeñados en lo que muchos identifican como la segunda reconstrucción.

Por otro lado, una reforma del sistema electoral se hace urgente por el hecho de que la reducción de miembros de la Cámara (de 630 a 400) y del Senado (de 315 a 200), no sólo produce un consistente efecto mayoritario, sino que sobre todo deja sin representación a grandes territorios y algunas pequeñas Regiones.

Por estas razones creemos que una ley electoral proporcional con un umbral, además de corregir el efecto mayoritario provocado por la reducción del número de representantes, puede anotar el primer paso de un proceso de reestructuración del sistema de partidos.

Una vez que fracasen las esperanzas puestas en las capacidades transformadoras del sistema de tipo mayoritario que presuponen cohesiones que actualmente no están disponibles, ni que se vea cómo podrían construirse, será ventajoso sustraer al ámbito de la competencia electoral la obligación de crear artificialmente coaliciones muy poco homogéneo y poco capaz de acción de gobierno conjunto. Al fin y al cabo, de momento no vemos en escena a personajes con fuerza para ser auténticos federadores de su campo, sino a los primeros actores peleando entre sí por ocupar el protagonismo.

Un sistema electoral proporcional, por ejemplo en el modelo alemana adaptado a nuestras necesidades, permitiría unos resultados que liberarían importantes energías al sacar a los ciudadanos de la desafortunada disyuntiva entre aceptar servilmente las elecciones de candidatos decididos por división entre los líderes de la coalición más cercanos a sus convicciones y refugiarse en la abstención.

Una competencia muy abierta entre un número limitado de partes (un umbral significativo es un requisito necesario) les obligaría a evaluar cuidadosamente la elección de los candidatos, porque el votante tendría la posibilidad de orientarse entre una pluralidad de opciones. Esto puede significar que los partidos menos atados al chantaje del profesionalismo político interno (incluidos los que fingen no estarlo) recurran a candidatos identificados en las cadenas de formación de las clases dominantes activas de la zona para competir con los demás, lo que lleva a una apertura virtuosa que llena el vacío entre la sociedad civil y las oligarquías formadas por partenogénesis. Y esto obligará a todos a descender sobre ese suelo si no quieren ser abandonados por una sociedad que ha demostrado mucha libertad para orientarse sin importar pertenencias antiguas, ahora obsoletas.

No se trata de expresar ninguna desconfianza hacia las clases políticas actuales, sino de reconocer que los canales de circulación entre los cuerpos sociales intermedios y las inevitables oligarquías políticas se han secado en gran medida, que así terminan siendo realidades cerradas más que espacios en los que discurre la vida social y política como lo fue en los partidos históricos en su mejor momento, y por tanto abiertos al intercambio y la comparación con el devenir de la historia.

Un sistema electoral proporcional favorece entonces la negociación para la formación de gobierno, que no significa necesariamente un acuerdo bajo la mesa, un compromiso a la baja, sino que puede traducirse en acuerdos de coalición que, como muestra el ejemplo alemán, identifican plenamente los objetivos y los procedimientos para alcanzarlos, evitando así tensiones constantes y golpes en la marcha de los trabajos del ejecutivo.

Por todo lo expuesto, creemos que es deseable la apertura de una confrontación amplia, libre en lo posible de ideologías, demagogia y astucia táctica, con la que lleguemos a dotar a nuestro país de una buena ley electoral de tipo proporcional que revitalice la circuito de representación política y permite la vida laboriosa de las instituciones democráticas tal como fue diseñada con un gran espíritu de reconstrucción por nuestros padres fundadores".

Gennaro Acquaviva                                                                                

nicolas antonetti

Luis Bobba

carlo borgomeo

Fulvio Camamarano

marco camello

luis capogrossi

piero craveri

Vito Gamberale

Antonella Marsala

Oreste Massari

Mario Patrón

Luciano Pero

César Pinelli

paolo pombeni

mario ricciardi

Julio Sapelli

Beppe Vacca

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