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Renta de ciudadanía, Maroni copia a Grillo en bienestar generalizado

Sorprende la propuesta de renta básica del gobernador de la Liga Norte de Lombardía: mimetiza a Grillo y a la izquierda maximalista con una iniciativa de bienestar generalizado que plantearía muchos problemas y desencadenaría mil contradicciones -mucho más útil para racionalizar y reforzar las herramientas ya existentes en una lógica de desarrollo

Renta de ciudadanía, Maroni copia a Grillo en bienestar generalizado
El anuncio del gobernador de Lombardía, Roberto Maroni, de querer implantar una renta básica para los lombardos en condiciones desfavorecidas no puede dejar de suscitar cierta sorpresa tanto por la fuerza política de la que procede el propio Maroni como por la alineación que le apoya en la consejo regional que está formado por Forza Italia, NCD, Lega y Fratelli d'Italia. El proyecto recuerda objetivamente uno de los buques insignia de Grillo y no deja de ser bienvenido por la izquierda maximalista, empezando por la coalición social de Maurizio Landini.

Uno se pregunta si una propuesta de este tipo puede servir para reconstruir una nueva identidad del área moderada en nuestro país, la nueva formación política que debería surgir de las cenizas del actual centroderecha para oponerse (cuando votamos con el 'Italicum ) al Partido Demócrata de Matteo Renzi. El concepto de renta básica (que, además, plantearía muchos inconvenientes si se concediera únicamente a los residentes de una o varias regiones) significa, si las palabras tienen algún valor, reconocer una renta vitalicia, sin compensación alguna, a todos los ciudadanos necesitados.

Bien o mal, es un modelo de bienestar generalizado, lo contrario de una política de bienestar racional y articulada que pretende intervenir según criterios de prioridad según las condiciones y circunstancias. Quizá no existan las pensiones sociales, los subsidios para cuidadores, el fondo de alquiler social, las numerosas iniciativas de los ayuntamientos que, también a través del llamado tercer sector, han creado, para bien o para mal, un gran número de puestos de trabajo para la provisión de ¿servicios sociales? ¿No sería más lógico, aunque más desafiante, actualizar y tal vez racionalizar esta red ya existente?

Una forma de asistencialismo generalizado (entre otras cosas, ¿podríamos distinguir de manera realista entre los ciudadanos italianos y los extranjeros que residen en nuestro país por diversas razones?) es culturalmente antitético a un proyecto gubernamental efectivo para abordar la recuperación y el desarrollo. Si se tratara entonces de una propuesta para ofrecer un puesto de trabajo a parados de larga duración a la que mira Maroni, se podría adoptar (aunque adaptándolo a la especificidad), el modelo de talento laboral ya probado positivamente que existe en la Región de Lombardía. y que impone a los beneficiarios la aceptación de los itinerarios y ofertas de empleo propuestos por las agencias que se hicieron cargo de ellos. Sin embargo, es mejor llamar a las cosas por su nombre propio para evitar confusiones inútiles o ilusiones peligrosas.

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