Giorgio Napolitano renunciará en la mañana de hoy como Presidente de la República firmando tres cartas de despedida que serán entregadas inmediatamente por el secretario general del Quirinale, Donato Marra, al presidente del Senado, Pietro Grasso, al presidente de la Cámara, Laura Boldrini, y al presidente del Consejo, Matteo Renzi.
Inmediatamente después, Napolitano dejará el Colle y regresará a su domicilio particular en el barrio Monti, a unos cientos de metros del Quirinale, mientras que en el Palazzo Giustiniani será sustituido por el presidente del Senado, Grasso.
En el plazo de quince días, el presidente de la Cámara convocará al Parlamento en sesión conjunta para la elección del nuevo presidente, en la que participará el propio Napolitano en su nueva condición de senador vitalicio.
La carrera por la sucesión está abierta de par en par pero el primer ministro Renzi está convencido de que la humareda blanca puede salir de la cuarta votación. De cara a la elección, Renzi ha declarado que no presentará una lista de candidatos sino un nombre seco, sobre el que espera recabar los apoyos necesarios para una rápida elección del nuevo Jefe de Estado. También agregó que no será técnico sino político.
Incluso antes que las otras fuerzas políticas, sin embargo, Renzi tendrá que convencer a su partido para que apoye al candidato de manera convincente, evitando los pasos en falso que dio el Partido Demócrata bajo la secretaría de Pierluigi Bersani, desatando francotiradores y fallando primero la elección de Franco Marini y luego que de Romano Prodi.
