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Jubilados en Portugal: se acabó el dorado fiscal

Adiós a la posibilidad hasta ahora concedida a los pensionistas extranjeros de cobrar el cheque bruto: el gobierno del socialista Antonio Costa ha introducido una tasa (muy leve)

Jubilados en Portugal: se acabó el dorado fiscal

laEldorado para jubilados se vuelve un poco menos dorado. Desde 2009, unos 27 europeos jubilados se han trasladado a Portugal para aprovechar una gigantesca ventaja fiscal otorgada por Lisboa: la posibilidad de cobrar la pensión bruta, sin ningún impuesto, durante 10 años. Hoy, sin embargo, este régimen, lanzado en el punto álgido de la crisis financiera para atraer dinero e inversiones, ha llegado a su fin.

Con una reforma a la ley de Presupuesto 2020, el gobierno del socialista Antonio Costa introdujo una tasa del 10% (pago mínimo de 7.500 euros) sobre todas las rentas de la Seguridad Social de los extranjeros "residentes no habituales".

Atención: para los que ya han dado el gran paso hacia Portugal, nada cambia, porque las reglas no se modifican con carácter retroactivo. Un vocero del gobierno de Costa precisó que el cambio solo se aplicará a los recién llegados.

Sin embargo, esto no es suficiente para apaciguar la ira de los promotores inmobiliarios, que desde 2009 hace ricos negocios gracias a los jubilados extranjeros: "Desincentivar la inversión extranjera es un crimen contra la patria", comentó Luis Lima, presidente de la asociación de corredores de bienes raíces.

En los últimos 11 años, varios países europeos han protestado en la UE contra el "paraíso fiscal para jubilados" creado por Portugal, visto como una especie de competencia desleal en la comunidad familiar. Sin embargo, Bruselas nunca ha tomado medidas, también porque en ese caso también habría tenido que actuar contra los paraísos fiscales reales que prosperan sin ser molestados dentro de la Unión (desde Irlanda hasta Holanda pasando por Malta, sin olvidar el Luxemburgo de Jean Claude Juncker, ex presidente de la Comisión de la UE).

También el Bloque de Esquerda, un partido portugués de izquierda, ha cuestionado repetidamente los beneficios otorgados a los jubilados extranjeros, considerándolos discriminatorios contra los jubilados locales, que se ven obligados a pagar sus impuestos en su totalidad.

Ahora Costa busca una síntesis entre estas fuerzas antagónicas, esperando que el nuevo impuesto, muy ligero, satisfaga a la izquierda y calme las protestas en Europa, sin disuadir a los jubilados europeos que piensan mudarse al sol de Lisboa, Oporto, la Algarve o Coimbra…

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