Las grandes consultoras americanas aterrizan en el Vaticano. El Papa Francisco ha contratado a gigantes internacionales estadounidenses para la auditoría financiera y de gestión, con el objetivo de agilizar los procedimientos internos, poner las cuentas en orden y aumentar la eficiencia de la estructura administrativa.
Debe ser el trabajo de unos meses. Un trabajo para "permitir que los principios del Evangelio impregnen también las actividades de carácter económico y financiero", como escribió Francisco.
A fines de julio, Bergoglio ya había creado una comisión de referencia que le reporta directamente, como la del IOR. Salvo que el campo de investigación es "toda la estructura económico-administrativa de la Santa Sede" y el trabajo es enorme. Así, la comisión de referencia de laicos, presidida por el economista maltés Joseph Zahra, contó con consultores.
Altos directivos y expertos contables de Promontory Financial Group, la empresa que desde hace unos meses ordena las 19 cuentas corrientes del IOR, fueron elegidos por Ernst and Young para realizar labores de verificación y consultoría sobre actividades económicas y procesos de gestión administrativa. de la Gobernación (donde se coordinan las licitaciones de la mayoría de los contratos) y, según las últimas noticias, también de KPMG, firma de auditoría y consultoría fiscal con la tarea de "alinear los procedimientos contables de todos los departamentos de la Santa Sede para respetar las normas internacionales".
Finalmente, MacKinsey ayudará a Francis a poner orden en el sector de las comunicaciones, que actualmente se encuentra fragmentado y disperso. El objetivo es conseguir que la comunicación sea "más funcional, eficiente y moderna".
“Hay confianza en la competencia profesional de los laicos que integran la comisión y eligen a los consultores”, aclaran en el Vaticano. Sin embargo, la última palabra pertenece al único grupo internacional que tendrá voz para asesorar al Papa, es decir, los ocho cardenales que ha elegido para ayudarlo en las reformas.