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Padua acoge la antología dedicada a Giovanni Fattori

Gran exposición en Padua: Giovanni Fattori en el Palazzo Zabarella, del 24 de octubre de 2015 al 28 de marzo de 2016

Padua acoge la antología dedicada a Giovanni Fattori

Factores de Giovanni (Livorno, 1825 - Florencia, 1908) fue el vocero de una pintura poderosa, capaz de interpretar las transformaciones de la visión moderna a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX.
A este extraordinario intérprete, la Fundación Bano, en su proyecto decenal sobre la pintura italiana del siglo XIX, dedica una antología, prevista para Palacio Zabarella, del 24 de octubre de 2015 al 28 de marzo de 2016, que vuelve a proponer al gran público la imagen de uno de los grandes protagonistas del arte europeo.

La exposición, comisariada por los más acreditados expertos del pintor de Livorno, Francesca Dini, Giuliano Matteucci y Fernando Mazzocca, presenta más de cien pinturas, capaces de reconstruir, a través de un contundente corte cronológico y a la vez temático -desde el desafiante Self- Retrato de 1854, donde ya supo revelar la fuerza revolucionaria de su pintura, hasta las últimas obras maestras ejecutadas a principios del siglo XX, la extraordinaria versatilidad de una larga historia creativa que lo vio lidiar con diferentes temas y géneros.

En efecto, Fattori pasó muy fácilmente del paisaje, del que fue uno de los intérpretes más sorprendentes, al retrato, con resultados igualmente asombrosos, a las crónicas de la historia contemporánea, donde fue testigo de una época, a escenas de la vida popular, donde supo compartir los estados de ánimo y los problemas más dramáticos de la humanidad.

El itinerario establecido en el interior del Palacio Zabarella recorre íntegramente su trayectoria, desde la revolución de los Macchiaioli, en la que desempeñó un papel destacado, confiado a los pequeños formatos de las tablillas legendarias, como La Rotonda di Palmieri, hasta la consecución, en los grandes formatos, de dimensión épica donde se reflejan los cambios históricos y sociales que han transformado nuestro país, experimentando finalmente con nuevos territorios iconográficos y formales que le acercaron, por los resultados obtenidos, a otros genios solitarios como Courbet o Cézanne.
Su talento, después de formarse en el campo académico, se reveló bastante tarde, cuando, después de los treinta años, participó en las animadas veladas del Caffè Michelangelo, que fue el animado escenario de la llamada revolución "macchia" en Florencia. . Pero en comparación con los otros pintores que formaron parte del movimiento Macchiaioli, Fattori se mostró inmediatamente por su personalidad fuerte e independiente, capaz de las elecciones más valientes.
En las obras maestras dramáticas de su madurez, como Il muro bianco (In vedetta) o Lo staffato, expresadas con un lenguaje que va más allá de la dimensión de denuncia para alcanzar una perspectiva universal, Fattori fue un lúcido intérprete del desengaño de una nación, surgido del Risorgimento, que no ha sido capaz de realizar aquellos ideales de justicia social en los que habían creído las generaciones más jóvenes. Esta es su grandeza, que lo convirtió inmediatamente en un clásico, en comparación con los maestros del siglo XV, como Beato Angelico, Paolo Uccello, pero también con Goya y el contemporáneo Cézanne.
Vivió en Florencia desde 1846, pero volvió a menudo a su Livorno natal, pero también a Castiglioncello, el lugar favorito de los Macchiaioli, del que supo representar, como pocos, la luz clara. Su último destino fue la Maremma toscana, una tierra agreste y salvaje que, gracias a las obras maestras de sus últimos años, se hizo legendaria, como la Provenza de Cézanne o la Polinesia de Gauguin.

En contacto con diferentes escenarios naturales, con diferentes situaciones históricas, cuando evoca los acontecimientos de nuestro Risorgimento en sus pinturas de temática militar, con hombres, cuya condición existencial y social es capaz de plasmar, su estilo cambia continuamente: de la pintura espléndida con manchas coloreadas y deslumbradas de las tablillas juveniles, a las visiones más dramáticas caracterizadas por una nueva puesta en perspectiva y por un dibujo cada vez más potente de las pinturas de su madurez, hasta la deformación de las últimas obras que parecen anticipar, en su modernidad desconcertante, las vanguardias del siglo XX.

Dentro del itinerario expositivo también se tendrá en cuenta su producción gráfica, con un apartado que presentará una decena de láminas grabadas al aguafuerte sobre zinc, capaces de demostrar cuánto Fattori, también en este campo, ha alcanzado cotas absolutas, tanto desde el punto de vista desde un punto de vista técnico y estilístico, a pesar de que su actividad recién comenzó en la década de XNUMX. Como en las pinturas, los temas recurrentes son los protagonistas de la vida real, ya sean campesinos o soldados, rodeados de una naturaleza siempre investigada con gran emoción.

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