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Ottaviano Del Turco como Enzo Tortora: un calvario incivilizado

Los hostigamientos a los que es sometido el exsindicalista y parlamentario Ottaviano Del Turco recuerdan a los que ya sufrió Enzo Tortora y son incompatibles con una sociedad que quiere definirse como civil. Pero indignarse no basta y callar es cobarde porque la justicia o es humana o no lo es

Ottaviano Del Turco como Enzo Tortora: un calvario incivilizado

El asunto judicial de Ottaviano Del Turco se prolongó durante una década. Los Tribunales que conocieron el caso han, en la práctica, "hojeado la margarita" de los delitos que se le imputaban: corrupción, extorsión, estafa, falsificación y asociación para delinquir. Y claro, cada "pétalo" arrancado correspondía a una reducción de la pena. En primera instancia, Del Turco fue condenado a nueve años y seis meses. En el juicio de segundo grado, se eliminaron 21 episodios de otorgamiento de 26, y la sentencia se redujo a más de la mitad: cuatro años.

Tras una remisión a otro Tribunal y una nueva sentencia, la Casación redujo finalmente la pena de prisión a tres años y once meses, la inhabilitación para cargo público de perpetua a cinco años, mientras cancelaba la conspiración. Para el expresidente de la Región de Abruzzo (Del Turco había sido antes secretario general adjunto de la CGIL, parlamentario socialista nacional y europeo, ministro de la República) no era posible –diría Piercamillo Davigo– “salirse con la suya” por completo . El último ''pétalo'' quedó adherido a la corola: Del Turco fue declarado culpable de ''impropia inducción a dar o prometer beneficios'' y sentenciado definitivamente.

La inducción es un delito de nueva acuñación, introducido por la ley Severino en 2012, para sancionar la extorsión (al funcionario público o al encargado de un servicio público que exige un gravamen) aun cuando no exista amenaza o violencia. Atención, porque el caso en cuestión es sugerente. Sobre todo si lo ponemos en relación con la historia por la que fue investigado, juzgado y condenado: haber extorsionado a un jefe de la sanidad privada en Abruzzo una suma de dinero que -a lo largo del proceso judicial- se desinfló de seis millones a ochocientos mil euros. del que nunca se ha encontrado rastro. Pero, ¿cómo se comete un delito de "inducción ilícita"?

Al no tener una cultura robusta en el campo del derecho penal (es un grave error porque esta disciplina ahora se ha convertido en parte integral de la vida cotidiana de todos) fui a consultar la jurisprudencia de la Corte Suprema de Casación. Y encontré la siguiente motivación: “Según las Secciones Unidas de la Corte de Casación (…) el caso de inducción indebida conforme al art. código 319-cuarto bolígrafo. se caracteriza por una presión irresistible por parte del funcionario público o encargado de un servicio público, que deja al destinatario de la misma un importante margen de autodeterminación y se conjuga con la búsqueda de su ventaja indebida, mientras que en el delito de extorsión previsto en el art. código 317 pen., hay una conducta del funcionario público que limita radicalmente la libertad de autodeterminación del receptor''.

En el caso Del Turco/Angelini (así se llama el dueño de un grupo de clínicas privadas que denunció a Del Turco) no hubo "ventaja injusta", dado que el Consejo Regional nunca ha retirado la resolución con la que se revisaba la relación entre la sanidad pública y la privada, recuperando varias decenas de millones de euros de las arcas de la Región. En cuanto a la "irresistible presión que deja al receptor de la misma un importante margen de autodeterminación", traté de hacerme una idea de cuál pudo haber sido la conducta de mi amigo Octavio para incurrir en un tipo de delito de "suave extorsión". (de caballero ladrón).

Dado que una bolsa de manzanas jugó un papel importante en la historia, es posible que cada manzana (más que demostrar la existencia de la ley de la gravedad) sirviera para cuantificar la suma que le hubiera gustado a Del Turco ("por favor, doctor, haga lo que piensas pero no te molestes demasiado". Queda un aspecto por esclarecer: ¿cómo se puede imputar a un ciudadano hechos anteriores a 2008 (Ottaviano fue detenido en la madrugada del 14 de julio de ese año) que no constituía un delito ya previsto por la ley, ¿por qué se introdujo la inducción con la ley n. 190 de 2012?

Pero este no es el lugar para la revisión del juicio (la audiencia correspondiente ha sido fijada para abril ante nuevas pruebas presentadas por la defensa) ni el escritor tiene derecho a hacerlo. El problema de hoy es otro. Sobre la base de una resolución de 2015 (propuesta por el entonces presidente del Senado Pietro Grasso e inmediatamente copiada por Laura Boldrini en la Cámara) sobre Exparlamentarios condenados a una pena de más de dos años, el Consejo de Presidencia de Palazzo Madama suspendió la renta vitalicia (inicialmente de 6.590 euros, luego reducida a 5.507 brutos por el llamado recálculo) de Ottaviano Del Turco, sin tener en cuenta que de esta manera privaba a una persona afectada por patologías graves que le impiden realizar de forma autónoma las funciones más básicas de la vida diaria y que, por tanto, requieren de asistencia y cuidados continuos.

La noticia levantó protestas e indignación, también porque, en la misma sesión, el Consejo había "indultado" a otros exsenadores que -a diferencia de Del Turco- habían negociado la sentencia. Pero lo que más duele son los silencios "peludos". Las críticas autorizadas pero individuales han venido del Partido Demócrata (del cual Ottaviano fue el fundador); mientras que desde la CGIL (Del Turco trabajó en ese gremio desde 1969 como funcionario de la Fiom y lo dejó en 1993 como secretario general adjunto, en el orden de Luciano Lama, Antonio Pizzinato y Bruno Trentin) solo se sigue escuchando un silencio ensordecedor. y (si se me permite) vil.

No le pido a Maurizio Landini que cuestione una sentencia del poder judicial o una resolución que se toma la libertad de introducir una pena accesoria legem adicional. Pero le pido a una gran organización que tuvo a Ottaviano Del Turco entre sus líderes durante un cuarto de siglo (todavía hay muchos en la CGIL que lo conocieron y saben en sus corazones que mi queridísimo amigo es inocente) un gesto de humanidad, de piedad. Se pueden encontrar soluciones sin trastornar las reglas. El Consejo Presidencial del Senado puede hacerlo revocando la resolución aguardando la audiencia en abril y al mismo tiempo integrándola con una disposición que contempla especial cautela en casos como los de Del Turco.

Porque la justicia (aun suponiendo pero no concediendo que la "candida Dike" tenga algo que ver en este sórdido asunto) no puede ser cruel. La vergüenza del caso Tortora no debe volver a deshonrar a la justicia.

PD – Las protestas suscitadas por la resolución (que resultó ser más fruto de la desinformación que de la crueldad mental de los miembros del Consejo de Presidencia del Senado) han producido efectos positivos. El miércoles 16 de diciembre, el presidente Casellati volvió a convocar el Consejo que, tras una animada discusión (parece que los pentastellati, preparados por los periódicos forcaioli, se han decidido por la línea de "dura lex, sed lex"), suspendió la disposición de revocación de la anualidad para investigar el caso después de haber adquirido la relativa documentación de salud. Es un primer paso importante en la dirección correcta. Cabe señalar que el PSI en un comunicado agradeció no solo al Presidente del Senado, sino también al Jefe de Estado. Obviamente habrá buenas razones.

Comentarios sobre:Ottaviano Del Turco como Enzo Tortora: un calvario incivilizado"

  1. Estoy por la independencia total del Poder Judicial de la política y de… sus facciones internas. No creo que Davigo sea un verdugo (pero no creo mucho en Di Pietro).
    Sin embargo, confieso que este artículo de Cazzola, verdadero e intenso, me impactó.
    Como socialista siempre le he tenido respeto a Del Turco.

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