El punto de inflexión en la política de inmigración solicitado a gritos por Italia es promovido con gran éxito por la cumbre de París a la que asistieron hoy el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, el español, Mariano Rajoy y los líderes de los tres principales países africanos ribereños del Mediterráneo (Libia a la cabeza).
La cumbre decidió distinguir entre refugiados, que tienen derecho de asilo en Europa, y migrantes económicos y, sobre todo, realizar los controles correspondientes en los países de origen -como solicitó Italia- a través de los hotspots ubicados en los países de salida en lugar de 'Llego.
Naturalmente, ahora será necesario verificar si los países del norte de Europa también aprobarán el punto de inflexión y qué recursos financieros será capaz de poner Europa para apoyar el desarrollo económico y civil de África evitando flujos migratorios incontrolables.
Durante la cumbre, la canciller Merkel, quien dijo por la mañana que "no podemos dejar solos a Italia y Grecia" en materia de inmigración, argumentó que será necesario revisar el Tratado de Dublín, que coloca toda la carga de la inmigración en los países de llegada.
