Wall Street se mostró decepcionado anoche por la revisión a la baja del PIB estadounidense en el tercer trimestre. Junto a las persistentes tensiones vinculadas al eslogan de la deuda soberana europea y las dudas sobre los recortes estadounidenses (¿maniobrará el Congreso para evitar los recortes automáticos que se desencadenarán tras el fracaso del acuerdo en el 'supercomité' con varios matices?) el mercado de valores estadounidense volvió a perder, y como de costumbre, Asia se unió a las ansiedades estadounidenses.
Y, sin embargo, la revisión del PIB estadounidense no es tan mala noticia: está sobre todo ligada a la reducción de existencias que, si bien es involuntaria, es señal de buena demanda: de hecho, la demanda interna final de consumo e inversión creció un 3% y las ventas finales (PIB menos existencias) en un 3.6%. Mientras tanto, las estimaciones sobre las ganancias corporativas se publicaron por primera vez junto con las revisiones y siguen aumentando. En el campo de divisas, la rupia india volvió a deslizarse. Su cambio efectivo real, sin embargo, no es anómalo. Remontó el aumento -anómalo para un país con alta inflación- de los últimos dos años y se basa en el promedio de largo plazo.
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