El tradicional discurso de fin de año del Presidente de la República duró 16 minutos, poniendo en el centro de atención a los jóvenes y la cultura de la responsabilidad en Italia. “El futuro ya comenzó – comenzó Mattarella, en un mensaje que debe leerse como una fuerte invitación a la esperanza y la cohesión en el país –, hay que dar más confianza a los jóvenes, hay que invertir mucho en ellos, también para evitar el éxodo al extranjero. Sin embargo, necesitamos oportunidades de trabajo que estén debidamente remuneradas. Debemos confiar a los jóvenes la responsabilidad. Las nuevas generaciones son más conscientes que los adultos de que sólo con una mayor capacidad de observación podemos comprender y afrontar la dimensión global y la realidad de un mundo cada vez más interdependiente”.
El otro gran tema del discurso del Jefe de Estado fue el de la cultura de la responsabilidad, que concierne a todos: desde los partidos hasta los particulares, las empresas, los sindicatos, las asociaciones: "La cultura de la responsabilidad es la defensa más fuerte de la libertad y defensa de los principios en que se funda la República. Este sentimiento común de la sociedad -cuando se expresa- se refleja en las instituciones para inculcar constantemente un auténtico espíritu republicano". “También tenemos muchos problemas que no se deben subestimar –reconoció Mattarella-: el trabajo que falta para muchos, en primer lugar. Las fuertes desigualdades. Algunas crisis corporativas graves. La necesidad de relanzar nuestro sistema productivo. En particular, es necesario reducir la brecha cada vez mayor entre el norte y el sur de Italia. No solo las comunidades del sur sino todo el país sufren las consecuencias”.
“Tenemos amplia oportunidad de abordar y resolver estos problemas –reiteró Mattarella desde el Quirinale-. Italia recibe confianza, esto nos debe llevar a tener más confianza en nosotros mismos, a dar sustancia a la esperanza de un futuro mejor. Conozco las dificultades y las heridas presentes en nuestras comunidades, las expectativas de muchos italianos. Debemos confiar y participar activamente en el interés común”. Pero para llegar a esto"el buen funcionamiento de las instituciones públicas es determinante que debe fomentar la confianza. La democracia se fortalece si las instituciones mantienen viva una esperanza razonable”.
Mattarella también recordó a los italianos que se sacrificaron precisamente por sentido de la responsabilidad, como el exalcalde de Rocca di Papa Emanuele Crestini, y también mencionó el astronauta luca parmitano:: “Desde allá arriba, me dijo cuando nos conectamos, siente cómo aparecen incomprensibles y sin sentido enemistades, contrastes y violencias en un planeta cada vez más pequeño e íntimo. Y me envió un mensaje que hago mío: 'La esperanza consiste en la posibilidad de tener siempre algo que lograr'".
“Hace un tiempo recibí una foto de Italia vista desde el espacio. Me gustaría compartir con ustedes esta imagen, con una invitación: intentemos mirar a Italia desde fuera, ampliando nuestra mirada más allá de lo habitual. ¿Cómo nos ven desde el exterior? Un país que se adentra en el Mediterráneo y que la geografía y la historia sitúan como uno de los puntos de encuentro de Europa con civilizaciones y culturas de otros continentes. Esta condición ha contribuido a construir nuestra identidad. Un país que acaba de celebrar a Leonardo da Vinci y que este año recordará a Rafael, y el año que viene rendirá homenaje a Dante Alighieri”.
“A menudo me encuentro con Jefes de Estado – agregó Mattarella – y registro una gran apertura hacia nosotros, simpatía hacia nuestra gente. No solo por el atractivo de su arte y sus paisajes, por su creatividad y por su estilo de vida; pero también por su política de paz, por la investigación y la capacidad de diálogo en el respeto mutuo, por las misiones de sus Fuerzas Armadas a favor de la estabilidad internacional y contra el terrorismo, por el alto valor de nuestras empresas y por el trabajo de nuestros conciudadanos” .
